Hace ya 26 años que ‘Batman y Robin’ (‘Batman & Robin’) llegaba a los cines. Considerada unánimemente como una de las peores películas de todos los tiempos, durante todos estos años os habréis cansado de oír todo lo negativo de la cinta dirigida por Joel Schumacher, su segunda aventura en la saga tras la entretenida ‘Batman Forever‘, un desastre de tal calibre que a Warner no le quedó otra que finiquitar la franquicia y por la que el propio director pidió perdón años después.
Por ello, seguro que muchos han preferido obviar su visionado o ya ni se acuerdan realmente de ella, dando por sentado que es tan horrible que no merece la pena comprobarlo. Con el 26º aniversario reciente y ‘The Flash‘ en cines, con el regreso de varias versiones de Batman, nos hemos propuesto recuperarla.
Aquí vais a encontrar 21 razones por las que hay que volver a ver ‘Batman y Robin’ (en HBO Max) y que la convierten en la mejor heredera de la serie de los 60 con Adam West (vale que también es la única película de la saga que apuesta por el humor absurdo). Os dejamos con ellas.
La obsesión de Joel Schumacher con sexualizar los personajes
Creo que el vídeo es ya de por sí lo suficientemente elocuente como para entrar detalles. Eso sí, Schumacher no le hace ascos a nada y reincide en su uso cuando Alicia Silverstone se convierte en Batgirl. Escenas así son impensables en cualquier película actual de superhéroes.
Los one-liners de Mr. Freeze
Hay algo que destaca por encima de cualquier otra cosa en la película: los one-liners de Mr. Freeze al que da vida Arnold Schwarzenegger. Todos ellos relacionados con el frío de una forma u otra y que pueden resultar desesperantes de forma individual.
Sin embargo, verlos tan de seguido demuestra que hay algo ahí sobre lo que se podría haber construido una gran comedia siguiendo la línea de la serie protagonizada por Adam West. De hecho, es la mejor heredera de aquella, aunque también la única.
La ridícula caída de Mr. Freeze
¿En serio nos tenemos que tomar en serio la forma de caerse al vacío por parte de Schwarzenegger? Vale que lo importante en su caso son los one-liners (y los 25 millones de dólares que cobró), pero es que esto es demasiado ridículo. ¡Si está saltando hacia atrás!
Bane, un monstruo penoso
Todos preferimos recordar al Bane de Tom Hardy, pero el personaje ya apareció aquí. Un monstruo hipermusculado que no dejaba de ser un lacayo de lujo. O al menos esa era la idea. La realidad es lo de más arriba…
Poison Ivy completa al trío de villanos pasados de rosca
Seguro que esa era la excusa de Uma Thurman para decir que no podía hacer nada mejor con el material que tenía entre manos.
La moto mágica de Robin
A veces es fácil perderse pequeños detalles que te hacen pensar hasta qué punto todo el toque más absurdo de la película es aposta. Aquí una buena prueba de ello, porque no hay otra forma de creerse que la entrada a las bravas de Robin con su moto deje detrás el logo de Batman…
Cowabunga
Tanto Batman como Robin practican surf aéreo, llevando más allá el hecho de que en la serie de los 60 el caballero oscuro compitiera con Joker en esa práctica. Sin embargo, lo que no es importa es una detalle de la versión extendida de esa escena en la que a Robin le da por gritar una frase popularizada en otra saga…
El gorila de Poison Ivy
Uno de los puntos álgidos de esa locura estética que Schumacher decidió llevar hasta sus últimas consecuencias tras empezar a jugar con ella en ‘Batman Forever’. Allí no creo que quedase mal, pero aquí se le fue la mano, y mucho. Un ejemplo es una particular fiesta organizada por Poison Ivy y en la que vemos a criaturas como la de la imagen.
La tarjeta de crédito de Batman
Otro ejemplo de que estamos ante la única película que heredó algo del espíritu de los 60. De haber hecho todo así, igual hasta podría haber funcionado, pero la realidad es que se trata de uno de los momentos más infames de la historia del cine de superhéroes, tanto por el hecho en sí como por la conversación de besugos previa entre Batman y Robin.
El coro de Mr. Freeze
Momentos así te dejan sin saber qué decir ni cómo asimilar que alguien creyera que era buena idea. Eso sí, inolvidable es y también conecta bien con el tono de la serie de los 60. Si al menos toda la película hubiera sido así en lugar de un mejunje extraño…
La pelea del todo a un euro contra Bane y Poison Ivy
Las escenas de acción de la película son, en líneas generales, un completo disparate. Me quedé con ganas de destacar otra en la que Poison Ivy y Bane se enfrentan a una especie de masillas psicotrópicos de los ‘Power Rangers’, pero la de más arriba luchando contra nuestros héroes también se las trae.
La elocuencia de los diálogos
Akiva Goldsman ganó el Oscar apenas cuatro años después por su trabajo en ‘Una mente maravillosa’ (‘A Beautiful Mind’), pero aquí no se comió mucho la cabeza. Buena prueba de ello son sus ridículos diálogos, como algunos del vídeo de más arriba.
El ego disparado de Robin
Hay varios momentos tensos entre Batman y Robin, tanto por la desconfianza del primero a dejar que el segundo tome decisiones por sí mismo como por el influjo que Poison Ivy ejerce sobre ellos, pero el momento cumbre es cuando el personaje interpretado por Chris O’Donnell exige tener su propio coche –¿El Robinmóvil?– y una señal en el cielo como la de Batman. El ego por las nubes.
¿Cameos aleatorios?
Ahí tenéis a Coolio haciendo una aparición aparentemente aleatoria que no llevaría a nada más. En realidad la idea era que se convirtiera en Espantapájaros en la siguiente entrega y por eso aceptó dejarse ver aquí.
El momento íntimo entre Batman y Alfred
Lo más parecido a buen cine que hay en toda la película. Vale que a día de hoy hemos vivido tantas escenas sobre el pasado trágico del personaje que ya hasta cansa volver sobre ello, pero aquí se realiza con un tacto impropio en la película y sin subrayarlo más de la cuenta.
El momento contraseña y todo lo que le sigue
Empezando por la forma de lograr la contraseña -¡así cualquiera se podría haber hecho con ella!- y siguiendo por el hecho de que un Alfred agónico haya sido capaz de organizar todo esto. Uno de los momentos álgidos de la función.
Los labios de pega de Robin
¡Robin consigue engañar a Poison Ivy con unos labios de pega para no morir envenenado por uno de sus besos! Muy inteligente, a no ser que nos paremos a pensar que fácilmente algo de esa sustancia venenosa podía haber llegado a su saliva igualmente…
Batgirl pateando el culo de Poison Ivy
En su momento se hicieron muchas críticas a Alicia Silverstone por haber cogido algo de peso y se comentó que muchas de sus escenas como Batgirl fueron cortadas por ese motivo. Esa -breve- pelea es su momento de gloria, o al menos así quiere venderlo la película…
No hay que estar menos mona por estar a punto de pelear
¿Una táctica de despiste -que no le funciona para nada- o simplemente otro disparate del guion firmado por Akiva Goldsman? Voto por lo segundo.
El arrepentimiento de Mr. Freeze
Tras una gran batalla que en realidad es tan torpe y absurda como el resto de escenas de acción, llega el inevitable arrepentimiento de Mr. Freeze.
Mejor no pensemos mucho en esa lágrima -no tiene sentido científico, pero bueno, el amor todo lo puede- y recordemos ese último toque cómico cuando le da a Batman la cura para la enfermedad de Alfred. Apenas es casual que tenga la misma que la esposa del villano pero en un estado menos avanzado…
Hasta nunca, Batman
El sufrimiento ha llegado a su fin y los tres héroes corren hacia nosotros avanzando su regreso. No fue el caso, ya que ‘Batman y Robin’ fracasó en taquilla, poniendo punto a final a los planes de una quinta entrega y también al posible spin-off centrado en Robin. Igual podría haber salido algo bueno de ahí, pero yo me quedo con que sin el hundimiento de la saga aquí nunca hubiéramos tenido al Batman de Christopher Nolan.
En Espinof | Todas las películas del Universo Extendido de DC, ordenadas de peor a mejor
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La noticia
21 razones para volver a ver ‘Batman y Robin’, la olvidada película liderada por George Clooney que es la mejor heredera de la mítica serie de los 60
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por
Mikel Zorrilla
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