Si el resto del año las cosas han estado bastante tranquilas en cuanto a anime en Netflix, el verano va a venir cargadito y justo para empezar la temporada de verano la plataforma se ha atrevido con una serie que se aleja del todo de los combates explosivos y la acción para meternos de lleno en un dramón palaciego.
‘Ooku: Los aposentos privados’ adapta los primeros arcos del manga de Fumi Yoshinaga con una ficción histórica alternativa ambientada en el Japón feudal, y su primera temporada ya está al completo en la plataforma.
Una plaga que lo cambia todo
Después de ‘Oshi no Ko‘ y ‘Kimetsu no Yaiba‘, ‘Ooku: Los aposentos privados’ también se ha subido al carrito de empezar su temporada con un capítulo especial de 79 minutos. De entrada puede dar un poco de vértigo, pero es el inicio perfecto para meternos en la ambientación del anime de Netflix y darnos toda la base que necesitamos.
La serie se ambienta en un Japón feudal alternativo en el que hace 80 años una extraña plaga conocida como la viruela roja diezmó la población masculina. Esta extraña enfermedad tan solo afecta a hombres jóvenes y terminó reduciendo tantísimo el número de hombres que la estructura social de todo el país cambió por completo.
Así, las mujeres empezaron a heredar negocios y a ostentar puestos de poder, el matrimonio se quedó reservado como un lujo al que solo pueden acceder los más ricos, y los hombres a menudo son vendidos como sementales o prostitutos, incluso sin su consentimiento. La mujer más importante de Japón es la shogun, que además mantiene un palacio 800 hombres bellísimos a su servicio como demostración de poder.
El planteamiento de ‘Ooku: Los aposentos privados’ puede parecer frívolo o simple, o que sencillamente se va a regodear en una supuesta realidad paralela en la que gobernarían las mujeres (y con la que muchos hombres les entrarían los sudores fríos). Pero nada de eso.
Dramón, pero mayúsculo
‘Ooku: Los aposentos privados’ es un drama de época complicado, crudo y visceral. Y de drama, lo tiene todo. El país ha sido asolado por una tragedia tremenda y más allá de quedarse en un hipotético de roles reversos, el anime explora los cambios sociales por los que pasa el país, desde campos que son imposibles de atender por falta de mano de obra hasta familias completamente destruidas, pasando por los nuevos roles de género que empiezan a desarrollarse.
En concreto, gran parte de la temporada se centra en Arikoto, un monje que es obligado a dejar los hábitos y convertirse en un paje del shogun. Pronto descubre que el verdadero shogun Iemetsu murió hace años y la única esperanza de mantener un gobierno estable es que su hija Chie tenga un heredero con uno de los concubinos del Ooku.
Entrando en los spoilers justos, el anime hace un gran trabajo mostrando estos complicados roles de género (y cargándoselos), especialmente con Chie, que ha sido obligada a vivir como hombre durante gran parte de su vida y poco a poco se va permitiendo mostrar su feminidad mientras demuestra que tiene un verdadero talento para gobernar.
En tan solo 10 capítulos vamos viendo cómo se va desarrollando la relación de Chie y Arikoto a fuego lento, y con un montón de baches desgarradores de por medio. ‘Ooku: Los aposentos privados’ se va tomando su tiempo y se puede hacer lento en ciertos tramos, pero mantiene de sobra la parte de intriga y misterio palaciegos y sabe cuándo relajar combinándolos con escenas que nos muestran el resto del país.
Ahora bien, ‘Ooku: Los aposentos privados’ no es para todo el mundo. Porque no es un drama de época al uso lleno de escenas románticas, si no que es bien turbio y explícito, con violencia sexual, muertes por doquier y una tensión constante… y que también te deja justo con ganas de una segunda temporada para ver más de este complicado shogunato.
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La noticia
El anime de ‘Ooku: Los aposentos privados’ ya está al completo en Netflix: un crudo drama de época ambientado en un Japón alternativo donde los hombres están a un paso de extinguirse
fue publicada originalmente en
Espinof
por
Mariló Delgado
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