Jerusalén (EFE).- La Knéset (Parlamento israelí) votará hoy en primera lectura un proyecto de ley que anula la doctrina de la razonabilidad, que permite al Tribunal Supremo revocar decisiones gubernamentales en base a si son razonables o no, uno de los pilares de la polémica reforma judicial que impulsa el gobierno derechista de Benjamín Netanyahu.
El bloque gubernamental en la Knéset, que tiene una amplia mayoría, está acelerando la tramitación de esta norma y aspira a que el proyecto de ley quede definitivamente aprobado en tres votaciones -la segunda y la tercera suelen celebrarse el mismo día- antes del cierre de la sesión parlamentaria por vacaciones de verano, el próximo 30 de julio.
Convocadas protestas
Sin embargo, el movimiento de protestas ha convocado para mañana una nueva “jornada de la ira” con cortes de carreteras, ocupar el aeropuerto internacional Ben Gurion, y manifestaciones masivas por la tarde en todo el país, con la avenida Kaplan de Tel Aviv y la residencia del primer ministro en Jerusalén, como puntos principales.
La cadena de grandes almacenes BIG y una decena de empresas de alta tecnología cerrarán mañana, mientras la oposición ha pedido al mayor sindicato del país, Histadrut, la convocatoria de una huelga general, como ya hicieran en marzo, cuando se logró que Netanyahu congelara temporalmente la tramitación de la reforma.
A finales de marzo, cuando las calles se incendiaron porque Netanyahu cesó al ministro de Defensa, Yoav Gallant, por pedir abiertamente frenar la reforma judicial, Hisradrut convocó una huelga general que obligó al primer ministro a congelar la tramitación de esa legislación y abrir un diálogo con la oposición, que se rompió el mes pasado, cuando el Gobierno expresó su intención de avanzar unilateralmente con el plan.
Eliminar la doctrina de la razonabilidad es uno de los elementos centrales de la reforma judicial, que busca socavar la independencia de la justicia y la separación de poderes, una amenaza para la democracia israelí, según sus detractores, que han elevado una amplia contestación social desde múltiples sectores.
Primera lectura del proyecto de ley
Si el proyecto de ley se aprueba esta tarde en su primera lectura -las discusiones pueden alargarse hasta la madrugada-, el presidente del comité parlamentario de Justicia y Ley, el ultraderechista Simcha Rothman, reunirá a los miembros del comité mañana mismo, para comenzar los preparativos para la votación en segunda y últim/iga lectura.
El gobierno de línea dura y sus simpatizantes justifican esta ley argumentando que los jueces del Supremo se han inmiscuido demasiado en decisiones políticas, como el pasado enero, cuando anularon en base a la doctrina de la razonabilidad el nombramiento como ministro de Interior y Justicia del líder ultraortodoxo Aryeh Deri, quien el año pasado fue inhabilitado tras acogerse a un acuerdo de culpabilidad para eludir la cárcel condenado por corrupción.
Críticas de la oposición
La oposición ha criticado la medida y se ha mostrado partidaria de limitar la razonabilidad para que los jueces no puedan revisar las leyes básicas -una suerte de Constitución para Israel-, pero el gobierno no se ha mostrado dispuesto a ceder y este proyecto de ley es ahora su prioridad para avanzar en la reforma judicial.
Aunque algunos juristas defienden que la actual doctrina de la razonabilidad es excesiva porque da los jueces inmunidad total para el escrutinio político; su anulación completa “abre la puerta a la completa arbitrariedad en la toma de decisiones”, ha alertado la fiscal general Gali Baharav-Miara, una de las mayores críticas de la reforma judicial.
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