El director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de la Universidad de California en San Francisco, Gil Rabinovici, ha destacado con la llegada de este nuevo fármaco contra el Alzheimer se evidencia que se están produciendo avances en la lucha por frenar la enfermedad. No obstante, puntualiza que estos fármacos funcionan mejor en las primeras etapas de la enfermedad y serán necesarias otras terapias complementarias para ayudar a las personas con la enfermedad avanzada.
El ensayo sobre el fármaco que se encuentra en fase 3, cuenta con más de 1.700 personas de entre 60 y 85 años con alzhéimer sintomático, el medicamento Donanemab, de la compañía farmacéutica Lilly, mostró que ralentizaba el deterioro cognitivo en un 35 por ciento pero en fase temprana. En el ensayo los pacientes experimentaron cerca de un 40 por ciento menos de riesgo de pasar de deterioro cognitivo y funcional leve a demencia leve, o de demencia leve a moderada. La progresión de la enfermedad suponía una ralentización de entre 4,4 y 7,5 meses a lo largo de 18 meses.
Los efectos secundarios sin embargo, son bastantes, entre ellos se encuentran los edemas cerebrales (inflamación) que experimentó el 24% de los tratados y microhemorragias que registraron el 31,4% del brazo que recibió el fármaco y el 13,6% del grupo de placebo. Lilly ha reportado la muerte de tres personas, dos de ellas se atribuyeron directamente a esos efectos graves y una tercera, que falleció tras sufrir uno de estos cuadros. “Nos sentimos alentados por los beneficios clínicos potenciales que puede proporcionar donanemab, aunque como muchos tratamientos efectivos para enfermedades debilitantes y mortales, existen riesgos asociados que pueden ser graves y potencialmente mortales”, explicó en un comunicado Mark Mintun, vicepresidente del grupo de Investigación en Neurociencias y Desarrollo de Lilly.
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