Cavanimanía… Está. Se siente. La disfruta Boca a pleno. Edinson Cavani conmueve al gigante argentino, lo sacude, lo enamora. Parece tratarse de un amor a primera vista, de ida y de vuelta. Todo vertiginoso. No importan sus 36 años. Es una estrella del fútbol mundial, tantas veces anunciada como refuerzo estelar como tantos arribos frustrados. Ahora sí es realidad. Y Boca está feliz, como Juan Román Riquelme, como su vicepresidente, que metió un bombazo político descomunal a cinco meses de las elecciones.