Es uno de los grandes formatos del año. Una sorpresa que mezcla la comedia y la teatralidad de series como ‘The Office’ y el reality show. Porque sí, aunque queramos revestirlo de mil capas para no sentirnos culpables de estar viendo uno, ‘Jury Duty’ (‘El jurado’ en Amazon Prime Video) es un reality con todas las de la ley, que confía en la improvisación de sus fabulosos actores para crear una obra de teatro exclusiva para Ronald Gladden, el único que no entiende de qué va la cosa. Pero, ¿y si os decimos que esto ya se inventó antes… y se hizo en España?
Te lo tengo jurado
Vamos atrás en el tiempo, hasta el 18 de abril de 2006, el momento en el que España había abrazado y asimilado ya el concepto de reality como “gente en un sitio cerrado que se va expulsando”. ‘Gran Hermano’ acababa de terminar su séptima edición, que Pepe Herrero consiguió revolucionar, ‘Operación Triunfo’ aún estaba fuerte en Telecinco, ‘Supervivientes’ estaba a punto de estrenar su primera edición con famosos y Antena 3 trataba de entender la fórmula del éxito con rarezas como ‘El bus’, ‘Estudio de actores’, ‘La granja’ o ‘El castillo de las mentes prodigiosas’.
España nunca ha sido un país que televisivamente suela transgredir las reglas, mucho más acostumbrada a seguir las marcadas en otros países. Sería muy difícil, por presupuesto y actitud. Deconstrucciones de géneros como ‘Smonka’ o la propia ‘La hora chanante’ fueron simples rarezas que después encontraron sus sucesoras en YouTube. Por eso es tan particular el caso de ‘El show de Cándido’, el intento de Antena 3 por romper con la burbuja de los realities precediendo en 18 años la hondanada de nominaciones al Emmy de ‘Jury Duty’.
A finales de los 90, la gente anónima tomó un lugar en la tele que históricamente no le correspondía, más allá de concursos y alguna encuesta de las noticias. Programas como ‘Sorpresa, ¡sorpresa!’ lo cambiaron todo y pusieron el foco y el protagonismo absoluto en la gente de la calle, que se dejaba sorprender por la magia de lo audiovisual: los cinco minutos de fama que Warhol anunció se hacían reales, y los anónimos aprovechaban para saludar a toda su familia y amigos. Este era su momento. ‘Gran hermano’ fue el formato que solidificó la tendencia y rompió la baraja. Ya no hacía falta ser famoso para salir en televisión: salir en televisión te hacía famoso. Y todo el mundo quiere ser famoso.
La candidez de los inicios
En muy pocos años, España había pasado de alabar a cantantes, actores, folclóricas y toreros a hacer lo propio con gente como Rosa López, David Bisbal o Ismael Beiro, que podría sentarse a tu lado en un chiringuito de verano y que no desprendían, de primeras, un aura especial. Los castings para formar parte de estos programas eran multitudinarios porque todo el mundo creía que podía ganar algo más que el dinero del premio: el cariño del público y un contrato televisivo blindado. Todos soñaban con ser Kiko Hernández, pero nadie creía ser Jacinto Garbayo, el segundo expulsado de la tercera edición de ‘Gran Hermano’.
Y aquí es donde entra, por fin, Juan Antonio Chica Fernández, Juanan, un chaval de Bilbao de 29 años que es pintor (y está en el paro), tiene un bebé en casa, vive con sus padres y su pareja en la misma casa y ha decidido probar las mieles del éxito en un nuevo programa televisivo, ‘Villa Fortuna’, grabado en Argentina, a 60 kilómetros de Buenos Aires, y con el que puede llevarse 60.000 euros de premio que le vienen estupendamente. Serán dos semanas de convivencia en la que se tendrán que expulsar entre ellos y llegarán a situaciones límite. El problema es que todas son mentira.
‘El show de Cándido’ se emitió en los inicios de La Sexta, cuando aún quería ser una propuesta diferente a las demás y se trataba, básicamente, de ‘El show de Truman’ llevado a la vida real: todos eran actores, había un guion predeterminado y el único que se sorprendía ante la obra de teatro era el propio Juanan, que se internó en la casa sin saber que él, y solo él, era el protagonista absoluto del formato. Por hacernos una idea de la clase de perfiles que convivían con él en la casa, eran desde “la virgen” hasta “el gay” pasando por “la estratega” y “el graciosillo”, un Dani Martínez que después conseguiría hacer carrera. Alguien se llevó algo en firme de este programa. Algo es algo.
Candidiasis importada
Las situaciones a las que se tenía que enfrentar Juanan iban desde tener que dormir con un hombre que tiene incontinencia urinaria hasta unas nominaciones absolutamente amañadas que podían acabar en desgracia absoluta. Y claro, si desde casa sabemos que son actores no hay problema, pero en vivo y en directo no había manera de enterarse de lo que estaba pasando. En los inicios de La Sexta el programa fue un pequeño gran bombazo y, por suerte, el equipo ya había preparado una secuela.
Al igual que en ‘Insiders’, el fallido reality de Netflix en el que los concursantes no sabían que había cámaras en ciertos momentos, para no arruinar el secreto para siempre solo podían grabar un par de ediciones de seguido antes de dejar descansar el formato eternamente. Así, justo después de ‘El show de Cándido’ se estrenó ‘El show de Candi-dos’, otro falso reality (‘Rico amor’, se hacía llamar, una parodia de ‘The bachelor’) con dos personas que no tenían ni idea de lo que estaba pasando a su alrededor: Raquel Becerra y Gabriel González, ambos de 24 años. Curiosamente, a mitad de concurso Raquel se pispó de lo que estaba pasando, re-entró en el formato con una nueva personalidad y fue reemplazada por otra nueva concursante, Anita María Pérez.
Estos tres concursantes tuvieron que convivir con nuevos perfiles como “el borracho”, “el chulo playa”, “el psicópata” o (ay) “el casi gay”. Curiosamente, una de las actrices, Manuela Burló, que hacía de “la llorona” después se dedicaría a dirigir cortometrajes y la conoceréis por ser la showrunner de ‘Por H o por B’. El formato tuvo un índice de audiencia más bajo y se canceló cualquier idea de volver a traerlo a la vida.
Cierto es que ‘El show de Cándido’ no era un formato original español, sino la adaptación de ‘The Joe Schmo show’, que duró dos temporadas en Estados Unidos en 2003 y volvió a emitir nuevos episodios una década después. Hay que decir que los paralelismos entre lo que ocurrió en la versión americana y la española son bastante grandes, incluyendo uno de los concursantes dándose cuenta de lo que estaba pasando en la segunda temporada. Si algo nos enseñó la magnífica ‘UnReal’ es que en los realities las casualidades no existen, pero quizá en los inicios de La Sexta, con más poco dinero que vergüenza, sí. Quién sabe. Con el éxito de ‘Jury Duty’, ¿ninguna cadena se va a atrever a romper con el amodorramiento español del género? Ojalá.
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La noticia
‘Jury Duty’ ya se hizo veinte años antes y en España: así era ‘El show de Cándido’, una mezcla entre ‘Gran Hermano’ y Truman Burbank
fue publicada originalmente en
Espinof
por
Randy Meeks
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