Ha sido un bombazo a nivel mundial, y con razón: ‘Barbie’ es divertida, moderna y única. Y sí, también un anuncio largo que, al menos, tiene la decencia de no esconderse de serlo. A lo largo de sus 114 minutos la historia de la muñeca de Mattel va abriéndose paso, a veces en chistes de un segundo (como el de Growing Up Skipper o el perro que hace sus necesidades) y otras convertidas en algo más: ¿Os fijasteis en Midge, la habitante de Barbieland que apenas tiene unas escenas donde lucirse? Ojo, porque tras esa muñeca hay una triste, triste historia.
Amidge mía
No es un secreto que Ruth Handler copió a Barbie de una muñeca alemana llamada Bild Lili, creada tres años después del lanzamiento de Bild, donde tenía una tira cómica. El 9 de marzo de 1959, el mito apareció en Estados Unidos y se convirtió en un éxito instantáneo a pesar de que en Mattel no daban un duro por ella. Solo en el primer año se vendieron 350.000 Barbies y compraron los derechos a los productores alemanes para evitar demandas.
Vale, ya teníamos la muñeca, ahora solo faltaba que estuviera viva. Primero se creó a su pareja perfecta, Kenneth Sean Carson, o como le conocemos todos, Ken. Y claro, necesitaba una mejor amiga: Margaret Hadley Sherwood, más conocida como Midge. Midge nació en 1963 con la idea de durar siempre al lado de Barbie, pero las decisiones empresariales la hundieron para siempre y la condenaron a ser un personaje de un solo chiste.
La idea era que Midge evitara las críticas hacia Barbie, que se consideraba demasiado adulta para los niños. Su cara era más amable aunque el cuerpo fuera el mismo, para que ambas pudieran compartir vestidos, una de las claves del éxito de la muñeca. Además, estaba disponible en tres modelos: pelirroja, rubia o morena, cada uno con un bañador acorde. Durante un año, Midge y Barbie fueron inseparables, pero en 1964 los diseñadores de Mattel decidieron que ya era hora de que la amiga tuviera vida sentimental: así nació Allan.
Mallan idea
Si Midge era la mejor amiga de Barbie, Allan era el mejor amigo de Ken. Ambos salieron al mercado, les arrejuntaron y poco más se supo. A Allan se le perdió la pista en 1965 tras su versión con rodillas que se podían doblar. Midge desapareció en 1967, perdiendo popularidad ante personajes como Skipper, la hermana adolescente de Barbie o Francie, la prima moderna.
De hecho, un año después de desaparecer, llegó Christie, la primera muñeca afroamericana de la línea que hablaba y se quedó como amiga de Barbie durante décadas, olvidando a Midge por completo. Pasaron dos décadas hasta que Midge volviera a aparecer en el mercado, de forma poco ceremoniosa. en una línea de muñecas playeras ambientada en California. El personaje fue apareciendo de manera continua en distintos estilos hasta que en 1991 decidieron en Mattel que ya era hora de casarla.
Resucitaron a Allan, le cambiaron el nombre (ahora es “Alan”), le vistieron de blanco y toda la familia se fue de bodorrio a lo largo y ancho del mundo. Bueno, en todo el mundo menos en Brasil, donde por algún motivo hicieron que el mejor amigo de Ken se casara con una tal Viky de la que no se volvió a saber. Tras la boda, Alan volvió al anonimato. Al menos hasta el fatídico 2003, el momento donde Alan y Midge nos darían una actualización de su vida en la línea “Familia Feliz”, que se convirtió en una pesadilla para Mattel.
Lío embarazoso
Alan y Midge presentaban a su hijo Ryan, de tres años, en público (con la posibilidad de comprar a ambos en su versión afroamericana). Y además, un anuncio muy especial: Midge estaba embarazada. Tened en cuenta que Barbie no podía tener hijos jamás: para Ruth Handler, su creadora, ella representaba ese periodo en la vida de una mujer joven antes de la responsabilidad de tener una familia. Así que, mala suerte, le había tocado a Midge.
En este caso, la muñeca tenía una tripa de embarazada unida a ella por un imán que, al quitársela, dejaba ver otro nuevo personaje: un bebé que se podía quitar para jugar con él. Una idea absolutamente grotesca que se encontró de bruces con el público más conservador, que se quejó de que fomentaba el embarazo adolescente. Teniendo en cuenta que Midge se había casado doce años antes y llevaba cuatro décadas en las estanterías, quizá no era tan descabellado que tuviera un hijo.
El problema no era el de la falta de moral, sino que la idea en sí misma era un horror: Midge se vendía con cuna y mesita para cambiar a su hijo (o hija, algo que dependía exclusivamente de la suerte), y entre la locura de la idea y que los conservadores se enfurecieron, la cosa no terminó de funcionar y en Mattel tuvieron que fabricar una versión del personaje exclusiva para los supermercados Walmart que no estuviera embarazada. Al final, la hija oficial de Midge se llamó Nikki y aún tuvo tiempo de tener otra llamada Cassandra. La familia feliz llegó incluso a tener un perro antes de desaparecer en 2004 una vez más. Y entonces, ¿que?
¿Quién es Alan?
La siguiente vez que vimos a Midge no tenía hijos, marido ni intención: fue en la webserie ‘Barbie in the Dreamhouse’, donde vuelve a ser la mejor amiga de Barbie. Ambas había perdido el contacto con los años, pero al viajar a Malibú para acompañarla se encuentra con un mundo nuevo y se enamora de Ryan. Él, por su parte, está enamorado de Barbie, pero esa es otra historia. Ni Alan, ni hijos, ni nada que se le parezca.
Midge volvió a salir a la venta brevemente, y eso es lo último que supimos de ella hasta que en la película fue interpretada por Emerald Fennell, actriz en ‘The Crown’ o ‘La chica danesa’ y directora de ‘Killing Eve’ o ‘Una joven prometedora’. En la película volvía a estar embarazada, convirtiendo el desastre de Mattel en un meme y a Alan en el protagonista de la vida que nunca tuvo. ¿Que van a volver a salir a la venta dentro de poco? Cero dudas. Quizá sea el momento de hacerles justicia.
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La noticia
La triste historia de Midge, la “mejor amiga” de Barbie: de fracaso como juguete a secundaria de lujo en la película
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Espinof
por
Randy Meeks
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