El Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CiMuS), localizado en Santiago de Compostela, lleva años trabajando en una línea de investigación que, en un primer momento, nos puede resultar extraña: los misteriosos cánceres contagiosos que afectan a los moluscos en el mar, y que llevan transmitiéndose desde hace miles de años.
El insólito caso de los cánceres contagiosos
Desde que en el 2015 se descubriese que las células cancerígenas de las almejas de Nueva Inglaterra podían viajar de unos ejemplares a otros, se han identificado 8 tipos de cánceres contagiosos que afectan a los moluscos “bivalvos” (aquellos que tienen dos conchas que abren y cierran). También se ha detectado este fenómeno en los perros y en los demonios de Tasmania, unos curiosos mamíferos que habitan Australia. No se han reportado casos de cánceres contagiosos en humanos, aunque la investigación de la “neoplasia transmisible del bivalvo“, que afecta a los berberechos, puede llegar a arrojar mucha luz acerca de esta dolencia.
Los investigadoras del CIMUS, tal y como han expresado en un artículo científico en la revista Nature Cancer, han analizado los tumores de 7.000 moluscos diferentes, procedentes de las costas de 11 países como España, Portugal, Irlanda o Marruecos. La particularidad que tiene este cáncer es que las células cancerígenas se diseminan a través del sistema circulatorio del molusco.
Si estas células se liberan, pueden aguantar vivas varias semanas en el mar y alcanzar a otros especímenes, que pronto desarrollarán un tumor. Los investigadores gallegos han descubierto que el cáncer que afecta ahora a los moluscos procede de dos tumores originales diferentes, que podrían haberse desarrollado varios siglos atrás.
¿En qué afecta este cáncer a los humanos?
Este cáncer no puede afectar a los humanos – pues su transmisión se da solo entre ejemplares de la misma especie-, aunque sí que existe el riesgo de que la proliferación de este cáncer en una población concreta pueda afectar a su producción y comercialización. Lo más prometedor de esta investigación es la semejanza entre este cáncer contagioso y la leucemia que señalan los científicos.
En ambos casos, las células cancerígenas presentan una gran variabilidad cromosómica, por lo que consiguen reproducirse, sobrevivir y provocar una alta tasa de mortalidad. De hecho, es esta alta variabilidad la que ha permitido a estos tumores contagiosos a propagarse durante miles de años en lo más profundo del mar. Investigar más acerca de este fenómeno de variabilidad, sostienen los expertos, puede servir para conocer mejor el comportamiento de la leucemia, y combatirlas.
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