El avance de la inteligencia artificial parece imparable y en algunos aspectos comienza incluso a dar algo de miedo. Es el caso de una investigación de la Universidad Técnica de Dinamarca que asegura que puede predecir con un 78% de precisión la muerte de una persona en los próximos cuatro años.
Para ello, han analizado datos de salud y la conexión con el mercado laboral de 6 millones de daneses en un modelo llamado life2vec. “Usamos el modelo para abordar la pregunta fundamental: ¿En qué medida podemos predecir eventos en tu futuro basándonos en condiciones y eventos en tu pasado? Científicamente, lo emocionante para nosotros no es tanto la predicción en sí, sino los aspectos de los datos que permiten al modelo proporcionar respuestas tan precisas”, asegura Sune Lehmann, primer autor del artículo.
En los experimentos, Life2vec se valió de los datos de un grupo de personas de entre 35 y 65 años, la mitad de las cuales murieron entre 2016 y 2020, sin que la IA tuviera información de quiénes habían fallecido. El resultado arrojó que es un 11 por ciento más preciso que cualquier modelo de IA existente y predijo correctamente un 78% de los casos.
Aclaran que podría usarse para predecir problemas de salud y detectarlos tempranamente, o por los gobiernos para reducir la desigualdad. Pero subraya que las empresas también podrían utilizarlo de forma perjudicial.
“El modelo abre perspectivas importantes tanto positivas como negativas para discutir y abordar políticamente. Tecnologías similares para predecir eventos de la vida y el comportamiento humano ya se utilizan hoy en día dentro de empresas tecnológicas que, por ejemplo, rastrean nuestro comportamiento en redes sociales, nos perfilan de manera extremadamente precisa y utilizan estos perfiles para prever nuestro comportamiento e influir en nosotros. Esta discusión debe ser parte de la conversación democrática para que consideremos hacia dónde nos lleva la tecnología y si es un desarrollo que queremos”, expica Sune Lehmann.
Según los investigadores, el próximo paso sería incorporar otros tipos de información, como texto e imágenes o información sobre nuestras conexiones sociales.