En las proyecciones y diagramas de puntos que publicó tras su última reunión, el organismo mantuvo la senda de tres recortes de tipos antes de que finalice el año, aunque las actas muestran ahora que esta visión no es unánime y que alguno de los banqueros centrales no apoya la flexibilización monetaria.
“Los participantes observaron indicadores que apuntaban a un fuerte impulso económico y lecturas decepcionantes sobre la inflación en los últimos meses, y comentaron que no esperaban que fuera apropiado reducir el rango objetivo para la tasa de fondos federales hasta que hayan ganado mayor confianza en que la inflación se está moviendo de manera sostenible hacia el 2%”, destaca el texto.
De esta manera, el banco central sigue falto de confianza para recortar los tipos, y las últimas lecturas de inflación no ayudan en este sentido, ya que “los participantes señalaron su incertidumbre sobre la persistencia de una inflación elevada y expresaron la opinión de que los datos recientes no habían aumentado su confianza en que la inflación estaba bajando de manera sostenible al 2%“.
Cabe recordar que esta opinión, expresada en marzo, no tiene el cuenta el último dato de inflación publicado este mismo miércoles, que ha vuelto a empeorar las previsiones con un repunte del IPC general hasta el 3,5% en tasa interanual. Por su parte, la tasa subyacente se ha mantenido en el 3,8%.
Además, los miembros de la Fed temen que los riesgos geopolíticos puedan generar “cuellos de botella de suministro más severos o costos de envío más altos que podrían ejercer presión al alza sobre los precios”.
“La posibilidad de que acontecimientos geopolíticos o aumentos repentinos de la demanda interna puedan generar mayores precios de la energía también se consideró un riesgo al alza para la inflación. Algunos participantes señalaron las incertidumbres respecto del carácter restrictivo de las condiciones financieras y el riesgo asociado de que las condiciones fueran o pudieran volverse menos restrictivas de lo deseado, lo que podría dar impulso a la demanda agregada y aumentar la presión sobre la inflación”, añade el texto.
A la hora de determinar su próximas decisiones de política monetaria, los miembros de la Fed “evaluarán cuidadosamente los datos entrantes, la evolución de las perspectivas y el equilibrio de riesgos”.