Estas cifras se traducen en un beneficio por acción (BPA) de 2,48 dólares, por encima de los 1,49 de hace un año. Además, el BPA ajustado ha sido de 2,58 dólares, lo que ha permitido a la compañía superar las expectativas del consenso de analistas, que apuntaban a 2,46 dólares por título.
Por su parte, las ventas han mejorado un 26% en la comparativa interanual, y han alcanzado los 8.768 millones, aunque esta magnitud no ha colmado las expectativas del mercado, fijadas en 8.920 millones de dólares.
David A. Ricks, presidente y director ejecutivo de la compañía, asegura que “el desempeño de Lilly en el primer trimestre refleja un sólido crecimiento de ingresos año tras año con fuertes ventas de Mounjaro y Zepbound“.
La compañía detalla que la mejora de la facturación se vio impulsada por “aumentos del 16% en volumen y del 10% debido a mayores precios realizados”, mientras que “el aumento del volumen fue impulsado principalmente por el crecimiento de Mounjaro, Zepbound, Verzenio y Jardiance, parcialmente compensado por disminuciones en Trulicity”.
“Los precios realizados más altos fueron impulsados por Mounjaro en EEUU, ya que Mounjaro vio el precio neto impactado positivamente por la dinámica de las tarjetas de ahorro en comparación con el primer trimestre de 2023″, añade.
La compañía también ha revisado las previsiones para lo que resta de año, y lo ha hecho al alza. De esta manera, ahora espera un BPA ajustado de entre 13,50 dólares y 14,00 dólares, frente a una guía anterior de 12,20 a 12,70 dólares por título. Además, anticipa ingresos de entre 42.400 y 43.600 millones de dólares, lo que representa un aumento de 2.000 millones de dólares en cada extremo del intervalo.