Solemos mirarles levantando la cabeza y casi necesitando utilizar gafas de sol para no deslumbrarnos con su presencia, reverenciamos sus obras y soñamos con tener sus vidas —y sus talentos—, pero hasta las más grandes estrellas se ven o se han visto en esta misma tesitura en algún momento. Después de todo, ser una auténtica leyenda del séptimo arte no está reñido con idolatrar a algunas de las figuras más relevantes del medio.
Por supuesto, el caso de Clint Eastwood, que acaba de cumplir 94 primaveras mientras prepara el estreno de ‘Juror #2’, su último largometraje como director, no es una excepción a esta regla no escrita. Su carrera, que arrancó hace casi 70 años delante de las cámaras, que se disparó con la ‘Trilogía del dólar’ de Sergio Leone y que se ha traducido en 4 premios Óscar —y 11 nominaciones— habla por sí sola, pero ha estado influenciada por uno de los rostros más icónicos del cine negro.
De estrellas y robos
En una entrevista publicada en el libro ‘Clint Eastwood: Interviews’, el cineasta confesó a Patrick McGilligan su actor predilecto y uno de sus grandes referentes. Este no es otro que James Cagney, el actor neoyorquino ganador del Óscar por su trabajo en la magnífica ‘Yanqui Dandy’ de Michael Curtiz, biopic en el que dio vida al artista multidisciplinar George M. Cohan.
“Nunca fui fan de ningún actor particular, excepto de James Cagney. Siempre me gustó el estilo y la energía de Cagney. No tenía miedo”.
Personalmente, de entre toda la filmografía de Cagney, en la que destacan joyas como ‘Ángeles con caras sucias’, también de Curtiz, o ‘Los violentos años veinte’ de Raoul Walsh, jamás olvidaré ‘Al rojo vivo’ —en la que repitió a las órdenes de Walsh—, su descomunal clímax bañado en fuego y sangre, y su mítica frase “Made it, Ma! Top of the world!'”. Historia del noir.
Precisamente, ‘White Heat’ —este es el título original de la cinta—, tal y como desveló a Entertainment Weekly, sirvió a Eastwood para moldear uno de los momentos más icónicos de ‘Harry el sucio’.
“Cuando aparece en Al rojo vivo comiendo una pata de pollo y disparándole a un tipo en el maletero de un coche, piensas, ‘Sí, eso es desconcertante, pero de una manera agradable’. La escena en Harry el sucio donde estoy comiendo un perrito caliente en el tiroteo es un robo”.
Sea robo u homenaje, para nuestro Clint tiene todo el sentido del mundo. Después de todo, para él “Las películas se inventaron para Jimmy Cagney, y él fue inventado para el cine”.
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La noticia
“No tenía miedo”. Clint Eastwood sólo ha idolatrado a un único actor en su vida, y reconoció haberle “robado” uno de los momentos más icónicos de ‘Harry el sucio’
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Víctor López G.
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