Alrededor del 95% de los miembros del sindicato International Association of Machinist (IAM) ha votado en contra, al considerarlo insuficiente, del pacto que contemplaba un incremento general de los salarios del 25% en cuatros años.
Aseguran que los trabajadores llevan sufriendo una década de estancamiento salarial. La petición del sindicato incluía aumentos de alrededor del 40%.
“Se trata de luchar por nuestro futuro. Volveremos a la mesa siempre que podamos para impulsar las cuestiones que nuestros miembros dicen que son importantes”, ha señalado el presidente del sindicato IAM, Jon Holden.
Ha defendido que la huelga está justificada “por prácticas laborales injustas”, puesto que asegura que los empleados han sufrido una “conducta discriminatoria, interrogatorios coercitivos, vigilancia ilegal y promesas ilegales de beneficios”.
Por su parte, el nuevo consejero delegado de Boeing, Kelly Ortberg, había pedido que evitaran la huelga: Pido que no sacrifiquen la oportunidad de asegurar juntos nuestro futuro, por las frustraciones del pasado”. Mientras, el CEO de la unidad de aviones comerciales, Stephanie Pope, ha defendido que el acuerdo era el “mejor que hemos presentado jamás”.
Tras el rechazo, más de 30.000 trabajadores están llamados a hacer huelga desde este viernes, deteniendo la producción de la mayoría de los aviones de la compañía.
De hecho, el director financiero de la empresa, Brian West, ha avanzado que los paros afectarán a la entrega de aviones y “pondrá en peligro” la recuperación de la firma. Asimismo, ha añadido que el impacto financiero de la huelga dependerá de cuánto dure, pero que impactará en la producción de la compañía de sus aviones más vendidos.