“Susie Wiles me ayudó a lograr una de las mayores victorias políticas en la historia de Estados Unidos. Susie es fuerte, inteligente, innovadora, y es universalmente admirada y respetada. Susie continuará trabajando incansablemente para Hacer América Grande de Nuevo (‘Make America Great Again’)”, afirmó Trump en un comunicado.
Según ‘Bloomberg’, a Wiles se le atribuye haber traído orden y disciplina al caótico mundo de Trump y por haberlo ayudado a navegar tanto su carrera hacia la Casa Blanca como en las disputadas primarias para la nominación republicana. Esta última enfrentó a Trump cara a cara con Ron DeSantis, el gobernador de Florida, para el cual trabajó antes de abandonar su equipo debido a un desacuerdo personal y profesional.
Distintas fuentes señalan a Wiles, definida por Trump como una “doncella de hielo”, como alguien capaz de guiar sus estados de ánimo e impulsos sin necesariamente restringirlo. Trump a menudo mencionaba a Wiles en la campaña, elogiando públicamente su liderazgo en lo que él decía era, a menudo, la “campaña mejor dirigida” en la que había participado.
Los jefes de gabinete sirven como confidentes del presidente, ayudan a ejecutar la agenda presidencial y equilibran las prioridades políticas y de políticas que compiten.
El presidente electo chocó repetidamente con sus jefes de gabinete durante su primer mandato, y su primer designado en este cargo, Reince Priebus, dejó el cargo después de solo 192 días. John Kelly, la segunda persona en ocupar el puesto, fue noticia en las últimas semanas cuando dijo que Trump no era apto para el cargo y que había elogiado a oficiales militares nazis en reuniones a puertas cerradas. Trump negó esa acusación. Mick Mulvaney, quien reemplazó a Kelly, nunca fue nombrado formalmente para el puesto, sino que ocupó el cargo de manera interina durante más de un año.
Los asesores de Trump ven esperanza en que la selección de Wiles sea una señal de que el presidente electo pretende construir un equipo más cohesionado, aunque uno que, sin duda, seguirá siendo menos convencional que el de sus predecesores demócratas o republicanos.
“Por el lado positivo, ella ha demostrado que puede manejar a Trump, que trabaja con él y puede a veces decirle verdades difíciles, y eso es muy importante. Por el lado negativo, realmente no tiene experiencia en la Casa Blanca y no ha trabajado en Washington en 40 años. Y eso es una desventaja real”, detalla Chris Whipple, autor del libro ‘The Gatekeepers’, que detalla cómo el papel de jefe de gabinete da forma y define una presidencia.