La semana pasada, la compañía consiguió alcanzar un acuerdo con sus trabajadores para poner fin a la huelga, aunque esto no significa que su impacto se haya desvanecido, y es que el fabricante de aeronaves ha asegurado que sus instalaciones necesitan semanas para regresar a sus niveles habituales de trabajo.
“Es mucho más difícil activar esto que desactivarlo. Por eso es absolutamente fundamental que hagamos esto bien”, aseguró la directora ejecutiva Kelly Ortberg durante la presentación de resultados del mes pasado.
El nuevo convenio suscrito entre la empresa y los trabajadores plantea un aumento salarial del 38% a lo largo de cuatro años y una prima de 12.000 dólares.
De esta manera, las operaciones se reanudarán en las dos grandes plantas de ensamblaje y volverán a sus puestos de trabajo unos 33.000 empleados que habían secundado la huelga.
En los primeros nueve meses del año, Boeing triplicó sus pérdidas netas, hasta los 7.968 millones de dólares, lo que supone un 260% más que los 2.212 millones de dólares del mismo periodo del año pasado.