“Los títulos han sufrido una corrección de alrededor del 30% debido a la preocupación por el elevado apalancamiento financiero del grupo y las elecciones estadounidenses, así como por el hecho de que la creación de valor de las energías renovables en general está siendo cuestionada por los inversores y por el impulso negativo de los beneficios. Aunque seguimos viendo algunos interrogantes estructurales en la historia bursátil de Acciona Energía, creemos que la mayoría de los aspectos negativos están bien valorados y consideramos que el perfil de riesgo-recompensa de las acciones está sesgado al alza“, explican estos analistas.
El informe de Morgan Stanley también recoge a otras compañías de ‘utilities’ españolas, como Redeia, a la que rebaja desde ‘neutral’ a ‘infraponderar’ y sitúa su precio objetivo los 16 euros (-5% de potencial). No obstante, estos estrategas reconocen que su historia ha mejorado “significativamente” en los últimos 18 meses.
Lo mismo sucede con Endesa, a la que Morgan Stanley valora en 20,5 euros, con un consejo de ‘infraponderar’ y un potencial bajista del 3% debido a su “menor atractivo” respecto al sector. La firma estadounidense también recomienda ‘infraponderar’ Enagás, pero cifra su precio en los 13 euros, valoración que dibuja un pequeño potencial alcista del 1%.
En cambio, Iberdrola y Naturgy salen mejor paradas. La primera ha recibido un consejo de ‘sobreponderar’, con un precio objetivo de 15,5 euros, otorgándole un potencial de revalorización del 16%, mientras que Naturgy recibe un consejo ‘neutral’ con precio objetivo de 24 euros, lo que dibuja un potencial alcista del 2%.
“Con unas perspectivas de riesgo-rentabilidad muy equilibradas para 2025 en medio de múltiples incertidumbres, cambiamos nuestra opinión sectorial a en línea. Preferimos las redes eléctricas, y seríamos selectivos en otros sectores”, explican estos analistas.
OPORTUNIDADES Y RIESGOS
En este contexto, Morgan Stanley identifica tres posibles catalizadores para el sector. Por un lado, prevén un descenso del rendimiento de los bonos estadounidenses a 10 años de entre 40 y 65 puntos básicos (pb), lo que “debería respaldar una revalorización de los servicios públicos de larga duración”. Además, la firma estadounidense cree que hay opciones interesantes en materia de fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés).
Asimismo, consideran que la hipótesis bajista de la derogación total de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos parece estar descontada. “Las acciones estadounidenses expuestas a las energías de fuentes renovables cotizan actualmente con un valor casi nulo para las operaciones estadounidenses, incluidos los activos operativos. Creemos que un cambio limitado en los créditos fiscales a las energías renovables en tierra probablemente desencadenaría un repunte de las acciones“, explican.
“La recompensa relativa del riesgo entre el crecimiento acelerado de los valores de red y el mayor riesgo percibido en las energías renovables. Además, no esperamos un cambio importante en el ritmo de desarrollo de las energías renovables en Europa y vemos una disparidad cada vez mayor entre las valoraciones del mercado público y las del mercado privado. La creciente demanda europea de energía, especialmente a través de los centros de datos, debería proporcionar un vehículo útil para demostrar la creación de valor en las energías renovables”, agregan estos analistas.
En el lado contrario, Morgan Stanley identifica, al menos, tres riesgos significativos para el sector. Por un lado, los cambios en la política energética y climática europea debido a la inestabilidad política de la región. Según estos expertos, los numerosos cambios de Gobierno en los países de la Unión Europea (UE) podrían comprometer el paquete de medidas ‘Objetivo 55’ firmado en 2021, por el cual los Veintisiete fijaron un objetivo de reducción de las emisiones en al menos el 55 % para 2030.
“Consideramos más probable que los cambios se deban a motivos políticos. En ello influyen el debate sobre la asequibilidad y el impacto en la competitividad económica. También hay consideraciones fiscales relacionadas con la asunción por parte de los gobiernos de un papel más directo en la asignación de capital y/o la subvención de regímenes de apoyo a la cadena de valor de la energía verde”, apuntan.
No obstante, Morgan Stanley señala que todavía no se han producido cambios importantes en las políticas de transición energética, a pesar de los vaivenes políticos. Además, tampoco esperan que las próximas elecciones alemanas alteren “sustancialmente” la senda comunitaria, incluso si el país se volviera “más flexible en cuanto al cierre del carbón y aumentase la probabilidad de una reactivación nuclear”.
“Desde el punto de vista político no esperamos grandes cambios, sobre todo en Europa Occidental. Observamos que el Reino Unido sigue comprometido con los objetivos para 2030, Italia está estudiando un nuevo plan para ampliar las energías renovables y, en Alemania, la política energética de la CDU (partido líder en las encuestas) no prevé cambios en las perspectivas de las energías renovables”, explican.
Por otro lado, Morgan Stanley señala que los precios de las materias primas podrían caer, ya que algunas como el gas están claramente “sobrecompradas”, y también advierte que puede haber preocupaciones por el lado de la financiación. “Aunque nuestros valores preferidos tienen balances más sólidos, reconocemos que las posibles emisiones de acciones en 2025 podrían pesar sobre sus homólogos si el capital rotara hacia nuevas ofertas”, sentencia la firma estadounidense.