El cine en Latinoamérica ha cobrado fuerza para explorar temáticas que antes no se reflejaban en la gran pantalla, sin duda alguna, una de aquellas que rompió los esquemas de la época fue ‘El lugar sin límites‘, una historia que reflejaba la homofobia que se vivía en México y que, aunque el gran Luis Buñuel buscó llevarla a la pantalla grande, no pudo verla materializada.
El reconocido cineasta español, mostró un profundo interés en llevar a la pantalla la novela “El lugar sin límites” del escritor chileno José Donoso. Sin embargo, su visión para la película dependía de la participación de un actor de teatro específico. Cuando Buñuel viajó a España para buscar a este actor, descubrió que había fallecido un año antes, por lo que decidió abandonar el proyecto.
No obstante, en un gesto de generosidad y confianza, Buñuel sugirió que su aprendiz en el cine Arturo Ripstein asumiera la dirección de la película, convencido de que “le va a salir muy bien”.
Ripstein, cineasta mexicano, tomó las riendas del proyecto y reunió un elenco destacado para dar vida a la historia. Roberto Cobo fue elegido para interpretar a “La Manuela”, un travesti homosexual que regenta un burdel en un pequeño pueblo mexicano. Además, Ana Martín asumió el papel de “La Japonesita”, hija de La Manuela; Lucha Villa interpretó a “La Japonesa”; y Gonzalo Vega encarnó a “Pancho”, un hombre cuya compleja relación con La Manuela es central en la trama.
“No sería una caricatura de los homosexuales”
En una entrevista para el blog de cine Traspolándonos, Ripstein aseguró que “quería hablar del miedo de la Manuela, pero también del de la japonesa, de la Japonesita, de Pancho Vega, de las putas al arbitrio de los prejuicios de los pueblos pequeños y miserables, pero también quería hablar de los temores de los machos. Temor de ser marica, lilo, puto. Pavor de sentir deseo por otro hombre y de que se les notara”.
Antes de ‘El lugar sin límites’, la representación de personajes LGBT en el cine mexicano solía estar relegada a la burla o la parodia. Sin embargo, la interpretación de Roberto Cobo como “La Manuela” mostró una faceta más compleja y humana de la identidad queer, despojándola del estereotipo cómico y dándole profundidad emocional.
Además, la película expuso la tensión entre el machismo dominante en la cultura mexicana y la existencia de personas que no encajaban en sus rígidos moldes de género y sexualidad. La relación entre La Manuela y Pancho ejemplifica cómo la atracción y el deseo pueden desafiar las normas establecidas, aunque también revelan el peligro de la intolerancia.
Estrenada en 1978, “El lugar sin límites” se convirtió en una obra emblemática del cine mexicano, abordando temas como la homosexualidad, el machismo y la represión sexual en la sociedad rural mexicana. La película no solo consolidó la carrera de Arturo Ripstein, sino que también destacó por las valientes actuaciones de su elenco, especialmente la de Roberto Cobo, quien previamente había ganado reconocimiento por su papel de “El Jaibo” en “Los olvidados” de Buñuel.
Sin duda alguna, ‘El lugar sin límites’ abrió la puerta para que otras películas exploraran de manera más matizada la vida de las personas LGBT en México. Más adelante, cineastas como Jaime Humberto Hermosillo con ‘Doña Herlinda y su hijo’ y Julián Hernández en ‘Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor’) continuaron con esta línea de representación siguiendo una huella indeleble en la representación de la comunidad LGBT en México, ayudando a generar un diálogo sobre la diversidad y la discriminación que aún persiste.
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La noticia
Esta película que Luis Buñuel no pudo filmar en México se convirtió en una obra maestra del reflejo de las sociedades homofóbicas de Latinoamérica
fue publicada originalmente en
Espinof
por
Joel Calata
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