El Inter de Milán tenía una oportunidad de oro para aprovechar el pinchazo del Nápoles y coger una distancia de tres puntos con el equipo de Antonio Conte y seis respecto a la Atalanta, su rival, que en caso de ganar igualaba la tabla y la dejaba en triple empate los tres primeros puestos. Pero los nerazzurri demostraron porque son el vigente campeón, sin excesivo brillo, pero con solvencia gracias a los goles de Carlos Augusto y Lautaro Martínez (0-2).