Lo sé, lo de Ibrox nos supo a poco. Con uno más y ni marcar. Pero así, lo del jueves, aún nos sabrá mejor. Noche épica, cantos británicos en la grada y txalaparta de reminiscencias druidas. Magia futbolera en estado puro. Y solo vale ganar, aunque sea a penaltis. Conjurados. Titulares y suplentes; grada y jugadores; no podemos fallar. Que nada ni nadie nos amargue el final feliz.