Entre junio y septiembre, el fabricante británico registró unas pérdidas mayores de lo esperado, de 48,4 millones de libras esterlinas, y unos ingresos netos de 362,1 millones, por debajo del consenso, aunque aumentaron un 15%. Además, la deuda neta se situó en 750 millones de libras, frente a los 766 millones de libras de finales de 2022.
El director ejecutivo de la compañía, Amedeo Felisa, ha señalado que el desempeño “en lo que va del año nos ha permitido continuar avanzando en nuestra dirección estratégica con un fuerte crecimiento de ingresos y márgenes”.
La compañía aumentó el número de automóviles que produjo en los primeros nueve meses del año en un 8%, hasta las 4.398 unidades. Sin embargo, Aston Martin estima que producirá 6.700 vehículos durante el año, frente a su previsión anterior de 7.000.
“Durante el tercer trimestre comenzamos las entregas del revolucionario DB12, el primero de nuestros autos deportivos de próxima generación que ha sido recibido con elogios en toda la industria y una demanda excepcional desde su lanzamiento”, pero “dados los ligeros retrasos en el aumento inicial de la producción, hemos actualizado marginalmente nuestras expectativas de volumen para el año”, ha explicado.
Los analistas de AJ Bell destacan que “la compañía está viendo una fuerte demanda pero, con pérdidas por encima de las expectativas, hay pocas razones para que el mercado le dé a Aston Martin el beneficio de la duda incluso por el más mínimo paso en falso. Por ahora, se está dando poco crédito a una previsión para 2024 de 2.000 millones de libras en ingresos y 500 millones de libras en ganancias ajustadas”.