Tom Cruise era un actor que parecía tener alergia a las secuelas cuando aceptó protagonizar ‘Misión: Imposible’, ya que con anterioridad a la película dirigida por Brian De Palma no había repetido personaje ni una sola vez. Eso cambió gracias a las aventuras de Ethan Hunt, donde inicialmente el gran reclamo para él era que cada nueva cinta estuviese dirigida por un director diferente que imprimiese su sello.
Eso cambió con la llegada de Christopher McQuarrie, con quien Cruise colaboró por primera vez en la estimable ‘Jack Reacher’, convirtiéndose en inseparables desde entonces. Ese vínculo profesional se traduce ahora en ‘Misión: Imposible – Sentencia Mortal, parte 1’, una alucinante película de acción cuyo mayor pecado es que simplemente no es la mejor entrega de la saga -ese honor sigue perteneciendo a ‘Protocolo Fantasma’-. Tampoco la segunda y probablemente ni siquiera la tercera. Eso no quita tampoco para que sea un entretenimiento de primer orden en el que luce la enorme inversión realizada hecha por Paramount.
Imposible no pasárselo bien
Una de las señas de identidad de esta franquicia es que en todo momento intenta superarse a sí misma en lo referente a la amenaza a la que se enfrenta su protagonista, pero también se resiste cada vez más a convertirse en una película de acción al uso. Eso se consigue con un uso inteligente del humor para aligerar la tensión en determinados momentos, pero también en la importancia del grupo, pues hace bastante que Hunt dejó de ser un agente solitario que dejaba atrás a la gran mayoría de sus aliados de una aventura a otra para incidir en unos lazos de amistad que enriquecen las películas en lo emocional.
De hecho, hay varios momentos en ‘Misión: Imposible – Sentencia Mortal, parte 1’ en los que se incide en eso de forma clara y directa, y ni siquiera es necesario que sea siempre el propio Cruise quien lo haga. Quizá por ello hay una decisión de la película que puede sentar mal a algunos espectadores, pero, por desgracia, incidir lo más mínimo en ello sería entrar de lleno en el pantanoso territorio de los spoilers. Por suerte, la película se recupera rápidamente de ello para ofrecer un tramo final de vértigo en el que esta séptima entrega toca techo hasta que aparece otra debilidad sabida ya por todos: no tiene un final real y habrá que esperar a la llegada de la parte 2 para que esta historia se sienta completa.
¿Por qué me he querido centrar en lo negativo cuando ‘Misión: Imposible – Sentencia Mortal, parte 1’ es una de las películas que más me ha entretenido de lo que llevamos de año y quizá el único blockbuster con un presupuesto salido de madre -se dice que ha costado la friolera de 290 millones de dólares- donde todo el dinero gastado luce en pantalla? Fácil, para quitarme eso de en medio antes de incidir en todo lo que funciona dentro de la séptima entrega de una saga que no presenta síntoma alguno de agotamiento.
Hace ya tiempo que es evidente que Cruise está dispuesto a todo en esta saga para ofrecer un gran espectáculo al público. De ahí que la escena más peligrosa de toda la película se rodase el primer día para asegurarse así de que no sufría ningún percance físico que lo echase todo a perder. Quizá en parte influidos por ese dato, lo cierto es que esa escena en cuestión prácticamente deja sin aliento a un espectador consciente de la locura que tiene ante sus ojos. Lo curioso es que McQuarrie tampoco quiere que eso acapare todo el protagonismo, por lo que llega justo durante la parte de ‘Misión Imposible 7’ que presta más atención a otros personajes y además lo resuelve todo de forma memorable para devolver un claro toque de ligereza a lo que nos está ofreciendo.
Eso podría decirse que es una constante a lo largo de todo el metraje, con McQuarrie sabiendo muy bien cuándo elevar la intensidad de forma que en ningún caso se sienta forzada, evitando así que el espectador no perciba un peligro real en pantalla, pero siendo también consciente de que estamos ante un pasatiempo palomitero por encima de todo. La clave aquí es que, incluso aunque cierta sensación de repetición sea imposible de esquivar, nunca se muestra perezoso y tampoco cae en el error de la mera acumulación, algo curioso dado cómo se abordan estas películas desde hace tiempo, con las escenas de acción como grandes referentes y luego construyéndose alrededor de ellas para darles sentido.
Algo que siempre había aportado McQuarrie a la saga es un trabajo de puesta en escena impecable tanto para las escenas de acción como para el manejo de la tensión, algo perfectamente palpable desde la excelente escena de la ópera en la quinta entrega y que aquí vuelve a regalarnos momentos inolvidables. Ya he destacado el tramo final a bordo de un tren, pero ojo también a la persecución automovilística con los personajes de Cruise y Hayley Atwell bastante limitados en lo que pueden hacer para dejar atrás a todos los quieren atraparles. Ojo además a la buena química que comparten ambos desde el primer momento.
A eso hay que sumar otro detalle importante fruto de la propia amenaza a la que se enfrentan, pues ‘Sentencia Mortal – Parte 1’ se vale de los peligros de la inteligencia artificial para crear un cierto halo de fatalidad inevitable que eleva el vigor dramático de ciertas situaciones, incidiendo de paso aún más en el hecho de estar enfrentándose realmente a una misión imposible. Todo ello está adornado con un componente personal para Hunt que quizá no esté del todo bien perfilado, pues queda la idea de que se están reservando algo para la segunda parte, pero su funcionalidad es indiscutible a la hora de que la amenaza humana siga presente y todo resulte mucho más concreto.
Además, McQuarrie da en la diana en lo referente al recuperar a un personaje que no veíamos desde la primera entrega, pues el regreso de Henry Czerny como Kittridge tiene varias ramificaciones más allá de la rivalidad que tuvo en su momento con Hunt. Y a su manera también sirve para reforzar ese intento de cerrar el círculo que también propone la película con el personaje de Esai Morales.
Sin embargo, al final todo se reduce a su naturaleza de montaña rusa para que el público se lo pase en grande y ahí es muy difícil ponerle ningún pero a ‘Misión: Imposible – Sentencia Mortal, parte 1’, ya que sus más de dos horas y media de metraje se pasan volando, quedando además bien claro en su primer visionado que se trata de una de esas películas que vas a poder volver a ver para pasar un rato entretenido siempre que quieras. Claro está, todo va a lucir más en una pantalla enorme, por lo que os recomendaría que al menos el primer visionado sí que sea en cines.
En Espinof | Las 46 películas más esperadas y los mejores estrenos de 2023
–
La noticia
‘Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1’ es una alucinante película de acción cuyo único pecado es no ser la mejor entrega de esta genial saga con Tom Cruise
fue publicada originalmente en
Espinof
por
Mikel Zorrilla
.