Ya no se ven tantos goles de falta. Desde que Leo Messi dejó el Barcelona para jugar en Miami y las defensas empezaron a poner a un jugador debajo de la barrera para evitar sorpresas, cuesta un mundo ver un tanto de libre directo. Si los hay, son pocos, pero el de este lunes de Bruno Fernandes será recordado como uno de los mejores del año -quizá el mejor- por dónde colocó el esférico.
