Moscú, 29 jun (EFE).- El Kremlin dejó este jueves sin comentario las informaciones sobre el posible arresto del general Serguéi Surovikin por su presunta relación con la sublevación del grupo de mercenarios Wagner del pasado fin de semana.
“No, lamentablemente no (puedo comentarlo). Les recomiendo dirigirse al Ministerio de Defensa, es su prerrogativa”, dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria.
A la pregunta sobre si Surovikin mantiene la confianza del presidente ruso, Vladímir Putin, Peskov afirmó que el jefe del Kremlin trata con el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y el jefe del Estado Mayor, Valeri Guerásimov.
“El comandante en jefe trabaja con el ministro de Defensa y con el jefe del Estado Mayor General. En lo que respecta a las unidades estructurales dentro del ministerio, les pido que se comuniquen con Defensa”, reiteró.
En paradero desconocido
El diario ruso The Moscow Times informó este miércoles, citando a dos fuentes del Ministerio de Defensa de Rusia, de la detención del general ruso por presuntos vínculos con el motín de Wagner.
Según una de las fuentes, “por lo visto él (Surovikin) eligió el bando (de Wagner) y lo agarraron por los huevos”.
Sin embargo, se negó a revelar el paradero del subcomandante de las fuerzas rusas en Ucrania, al afirmar que “es una información que no se comenta aquí ni en los canales internos”.
De momento, el Ministerio de Defensa de Rusia no ha hecho declaraciones al respecto.
El primero en dar la voz de alarma sobre la presunta detención de Surovikin fue el bloguero militar Vladímir Románov, según el cual el general estaría preso desde el pasado domingo, al día siguiente de fracasar la rebelión.
Por su parte, el exdirector de una emisora opositora rusa ha asegurado que Surovikin “no se comunica con su familia desde hace tres días”.
Putin intenta hacerse con el control de Wagner
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, habría emprendido una ofensiva para hacerse con el control total del grupo privado de mercenarios Wagner, cuyas operaciones en Oriente Medio y África son apoyadas por el Kremlin.
Así lo asegura hoy el Wall Street Journal, al señalar que tras fracasar la rebelión de los mercenarios, Putin comenzó una ofensiva diplomática por Siria, la República Centroafricana, Mali y otros países en los que operan, para asegurar a sus autoridades que el Grupo Wagner seguirá funcionando con normalidad, pero ya no de forma independiente bajo el liderazgo de Yevgeny Prigozhin, sino gestionado por el Kremlin.
Según el rotativo neoyorkino, el viceministro ruso de Asuntos Exteriores voló a Damasco para entregar personalmente un mensaje en ese sentido al presidente sirio, Bachar al Asad.
Otros altos funcionarios de su ministerio telefonearon al presidente de la República Centroafricana, que paga por tener mercenarios de Wagner en su guardia personal, y también se envió una misión del Ministerio ruso de Situaciones de Emergencia a Malí.
Moscú ha dado un plazo hasta el próximo sábado a los hombres de Wagner que participaron en la rebelión para firmar contratos con el Ministerio de Defensa o desmovilizarse.
Durante años, el Kremlin negó cualquier relación con Wagner, un grupo que genera cientos de millones de dólares al año en África, y es una fuente crucial de financiación para mantener tanto la influencia de Rusia en el continente como para financiar operaciones en Ucrania, según funcionarios occidentales citados por The Wall Street Journal.
Sin embargo, Putin reconoció el martes que el grupo había sido financiado por el Estado ruso durante al menos un año.
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