“BNY Mellon obtuvo buenos resultados financieros en un entorno operativo muy dinámico, y seguimos tomando medidas para posicionar a la empresa con vistas a un mayor crecimiento subyacente y una mayor eficiencia operativa a lo largo del tiempo”, ha asegurado Robin Vince, presidente y CEO de la compañía.
El agresivo endurecimiento de la política de la Reserva Federal (Fed) de EEUU impulsó los ingresos obtenidos por el pago de intereses de los préstamos. En total, la facturación del banco estadounidense aumentó un 5% en tasa anual y un 2% en tasa intermensual hasta los 4.454 millones de dólares. Además, los ingresos netos por intereses de BNY Mellon en el trimestre aumentaron un 33%, hasta 1.100 millones de dólares, frente a los 824 millones del año anterior.
No obstante, los ingresos por comisiones disminuyeron un 2%, debido principalmente a “los menores ingresos por cambio de divisas, el impacto de la desinversión de Alcentra y la combinación de entradas netas acumuladas de activos bajo gestión, parcialmente compensados por la supresión de las exenciones de comisiones del mercado monetario”. La provisión para pérdidas crediticias fue de 5 millones de dólares, algo que el banco achaca a “los cambios en las previsiones macroeconómicas que impulsaron el aumento de las reservas relacionadas con el sector inmobiliario comercial, que se vieron parcialmente compensadas por una reducción de las reservas relacionadas con las instituciones financieras”.
Los gastos no financieros se mantuvieron estables, o aumentaron un 1% excluyendo las partidas destacadas, relacionadas con litigios e indemnizaciones. “Este aumento refleja el incremento de las inversiones y los gastos relacionados con los ingresos, así como el impacto de la inflación, parcialmente compensados por el efecto favorable del ahorro en eficiencia y el impacto de la desinversión de Alcentra”, agregan.
Por otro lado, se repartieron 297 millones de dólares en dividendos a accionistas ordinarios y se destinaron 448 millones de dólares a la recompra de acciones en este período. El RoE (‘return on equity’) de la compañía fue del 12%, mientras que el RoTCE (‘return on tangible common equity’) ascendió al 23% y la ratio de capital ordinario de nivel 1 (CET1) se sitúa 11,1%.
Los datos mejoraron las estimaciones del consenso, ya que el beneficio por acción se situó en los 1,38 dólares, superando ampliamente la estimación media de los analistas de 1,22 dólares por acción.
” Nuestro enfoque en el crecimiento de los ingresos y la disciplina de gastos nos permitió impulsar un significativo apalancamiento operativo positivo y mejorar nuestro margen antes de impuestos hasta el 30%, al tiempo que seguíamos realizando importantes inversiones en nuestro futuro”, ha añadido Vince.
Según el ejecutivo de BNY Mellon, en el segundo trimestre se observó “una especial fortaleza en la gestión de compensaciones y garantías y en los recibos de depósito. “Nuestras soluciones recientemente lanzadas, como la innovadora plataforma de asesoramiento Wove de Pershing, nos hacen confiar en que los ingresos aumentarán con el tiempo”, ha apuntado.
“Tras la publicación de la prueba de resistencia bancaria 2023 de la Reserva Federal el mes pasado, hemos aumentado nuestro dividendo ordinario en un 14% a partir de este trimestre, y nuestro enfoque general de mantener un balance resistente y de alta calidad y de devolver capital a los accionistas se mantiene sin cambios”, concluyó Vince.