Jesús Centeno |
Pekín (EFE).- El Gobierno chino eliminó toda referencia incluso digital del excanciller Qin Gang, destituido tras desaparecer de la vida pública hace un mes, lo que ha levantado todo tipo de rumores y alimentado la sensación de opacidad del régimen.
Qin, antiguo embajador chino en Estados Unidos, fue ascendido el pasado diciembre y dejó de aparecer en público el 25 de junio tras meses de actividad frenética con la apertura del país una vez finiquitada la política del ‘cero covid’.
El Partido Comunista chino (PCCh) lo destituyó ayer del cargo sin dar explicaciones, levantando todo tipo de especulaciones sobre su caída, desde problemas de salud, pasando por una supuesta aventura extramatrimonial con una presentadora de televisión y hasta una purga política tras meses de luchas internas dentro de la formación.
La Cancillería china incluso ha borrado la información que recogía anteriormente sobre la actividad diplomática de Qin, y hoy aseveró que no tiene “información que ofrecer” sobre este tema.
A sus 57 años, Qin estaba considerado una estrella en ascenso en el aparato del PCCh y era visto como próximo al presidente, Xi Jinping, con quien trabajó como jefe de protocolo antes de ocupar el cargo de viceministro de Exteriores entre 2018 y 2021.
El propio Xi firmó ayer la orden presidencial que hizo efectiva su abrupta caída, aunque Qin conserva aún el cargo de consejero de estado, lo que añade aún más confusión sobre su situación.
Wang Yi, una cara familiar
Al margen de lo que haya ocurrido con Qin, la diplomacia china seguirá su rumbo bajo la batuta de Wang Yi, que ya ocupó el cargo entre 2013 y 2022 antes de ser ascendido a jefe de la Oficina de la Comisión de Asuntos Exteriores del Partido.
Según los expertos, Wang, que cumplirá 70 años en octubre, tendrá la misión de mantener el barco a flote en un momento complejo para China en el escenario internacional: “Ocurre en un mal momento para Pekín, que está tratando de aliviar las tensiones con Estados Unidos y de recuperar la confianza de los inversores extranjeros”, indica el profesor Alfred Wu al diario South China Morning Post.
En ese sentido, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, declaró hoy que espera “trabajar bien” con Wang para mantener la comunicación bilateral.
Según Wu, Wang es “el diplomático en el que Xi tiene más confianza”, mientras crecen los rumores sobre un posible enfrentamiento entre el veterano diplomático y Qin que habría acabado con la carrera de éste último.
“En cualquier caso, todo este episodio evidencia la nula transparencia del sistema chino en la toma de decisiones”, comenta el experto.
Otras ausencias notables
Y es que las “ausencias” de altos cargos, empresarios y otros personajes de interés público en China siempre vienen de la mano de conjeturas, rumores y dobles lecturas, además de alimentar la sensación de opacidad e impredecibilidad del régimen.
El pasado octubre, el expresidente Hu Jintao, predecesor de Xi, fue escoltado fuera del Palacio del Pueblo donde se celebraba la clausura del XX Congreso del PCCh en lo que aparentó ser una purga política.
El suceso ocurrió justo cuando los periodistas entraron al hemiciclo y, aunque la prensa china no publicó las imágenes, la agencia estatal Xinhua se apresuró a comentar en un breve despacho que Hu tenía “problemas de salud”. La última vez que se le vio en público fue el pasado diciembre en el funeral de Jiang Zemin, líder de la China de la década de 1990.
Otra desaparición sonada fue la de la tenista Peng Shuai, que en noviembre de 2021 se ausentó durante meses tras acusar de abusos sexuales a un exvicepresidente del país. La tenista reapareció para asegurar que todo fue “un gran malentendido”.
También el empresario Jack Ma, en su momento el hombre más rico de China, se alejó de los focos en noviembre de 2020 tras pronunciar un discurso en el que criticaba a los reguladores financieros del país. Más tarde se supo que Ma estuvo viviendo en Japón y que en marzo de 2023 visitó una escuela en su ciudad natal de Hangzhou.
En 2015 fue notorio el arresto de Guo Guangchang, presidente de Fosun Internacional, quien reapareció a los pocos días para participar en un acto público en Shanghái como si nada hubiera pasado.
Y la actriz Fan Bingbing, una de las más famosas del país, pasó varios meses sin aparecer en público mientras crecían los rumores sobre una presunta evasión fiscal. Volvió al ruedo tras reconocer que había defraudado a la Hacienda china, que le impuso una multa de más de 100 millones de euros.
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