El inesperado hundimiento en taquilla de ‘Misión Imposible: Sentencia Mortal – Parte 1‘ tras un excelente estreno, nos lleva de manera inevitable a recordar uno de los grandes fracasos comerciales de Tom Cruise, el reboot de ‘La momia‘ (‘The Mummy’, 2017), inicio de un ambicioso universo de monstruos de Universal que fue cancelado antes de producir su segunda película. Un desastre aún mayor si se tiene en cuenta el éxito de la anterior versión de ‘La momia‘ dirigida por Stephen Sommers y estrenada hace ya 24 años.
Ya en su estreno en cines disfruté enormemente de ella y durante los siguientes cinco años la vi fácil una decena de veces. Creo que desde entonces nunca la había vuelto a ver completa, ya que había llegado un punto en el que casi me la sabía de memoria y podía revivirla en mi cabeza. Sin embargo, recientemente decidí reencontrarme con Brendan Fraser y compañía, lo cual me ayudó a confirmar que sigue siendo la mejor sucesora que ha tenido Indiana Jones.
Situando la película
Siendo justos, no son muchas las aspirantes que puede poner en tela de juicio esa afirmación. En su momento fue ‘Tras el corazón verde‘ (‘Romancing the Stone’, 1984) la que mejor supo asimilar todo lo logrado por Steven Spielberg, George Lucas y Harrison Ford, mientras que con posterioridad a ‘La momia’ (‘The Mummy’) tenemos a Nicolas Cage y la muy entretenida ‘La búsqueda’ (‘National Treasure’, 2004) como principal aspirante al trono, pero ninguna de ellas llega al nivel de la cinta de Sommers.
Remontémonos por un momento al verano de 1999, el cual muchos recordarán por el estreno de la esperadísima ‘La guerra de las galaxias. Episodio I: La amenaza fantasma‘ (‘Star Wars. Episode I: The Phantom Menace’), pero en mi caso lo que me viene a la cabeza es que fue el primero en el que tuve plena libertad para ver lo que me apeteciera, desde bodrios como la secuela de ‘Carrie’ o ‘Virus’ hasta la emblemática ‘Matrix’, la -seamos generosos- fallida ‘Wild West’ o la que ahora nos ocupa.
Por aquel entonces -y eso sigue siendo así a día de hoy- yo era mucho más fan -y no, no he elegido la palabra equivoca- de las aventuras de Indiana Jones que de la saga galáctica creada por George Lucas. Por ello mi curiosidad era casi mayor hacia el nuevo trabajo del responsable de ‘Deep Rising (El misterio de las profundidades)’, la cual recuperé en el cine de mi pueblo meses después de su estreno y que me había dejado razonablemente satisfecho.
Lo que encontré entonces se acercaba mucho a lo que siempre he considerado que debía ser el blockbuster veraniego ideal: una aventura que te mantiene interesado en todo momento con unos personajes bien construidos, y además sabía mezclar el humor con la necesidad de que no nos tomásemos todo a guasa. Era un cóctel demasiado apetecible como para no volver a él siempre que fuera posible.
El paso del tiempo y los múltiples visionados casi me hicieron pensar que lo logrado por Sommers era tan sencillo que no tenía tanto mérito. Ya el hecho de que la secuela fuera inferior -aunque también bastante divertida- debió darme una pista, y mejor ni entrar en el bajón provocado por el spin-off liderado por Dwayne Johnson o de la horrible tercera entrega que, con razón, puso punto y final a la franquicia.
La saga había quedado condenada al olvido, iniciando la cuesta abajo definitiva de la carrera de Fraser, la cual no se hundiría de forma definitiva hasta acompañar a Harrison Ford al frente de ‘Medidas extraordinarias‘ (‘Extraordinary Measures’). Triste destino para el mejor sucesor que ha tenido este último en uno de sus personajes más legendarios -hay más de uno que aspira a ese trono, que Han Solo y Rick Deckard también andan por ahí-.
Cómo la película se convirtió en lo que acabó siendo
El principal rasgo distintivo de esta nueva versión es la apuesta decidida por la aventura cuando hasta entonces este mítico monstruo de la Universal se había caracterizado por dar prioridad al terror. De hecho, el proyecto se inició con esa idea a principios de los 90 con directores como Clive Barker, Joe Dante o George A. Romero asociados al mismo en diferentes momentos, pero ninguno terminó de salir delante.
Fue Stephen Sommers quien propició ese cambio, lo cual incluso convenció a Universal de la necesidad de aumentar su inversión en la película para llegar a cabo su misión: Una aventura en la línea de Indiana Jones. Las bases estaban claras, pero ahora el reto era ofrecer algo a la altura y no una copia lujosa.
Algo decisivo para lograrlo era dar con el protagonista adecuado y la elección de Brendan Fraser sigue siendo bastante curiosa, ya que por aquel entonces su mayor éxito había sido ‘George de la jungla’ (‘George of the Jungle’), habiendo demostrado también su versatilidad dramática en ‘Dioses y monstruos’ (‘Gods and Monsters’). No dejaba de ser una apuesta arriesgada -aunque barata- y ahí está el primer gran acierto de ‘La Momia’.
Un reparto inmejorable
Puro carisma, no se me ocurre ninguna forma mejor de describir la forma de dar vida a Rick O’Connell por parte del actor. Ya desde su primera aparición, donde se sientan de maravilla las bases de su peculiar amistad Beni, nos queda clara su valentía, pero también que no se trata de un héroe convencional. Su arrojo y capacidad para improvisar son equiparables a las del Doctor Jones, también cuenta con un sano sentido del humor que nunca hace daño y no duda en enfrentarse a cualquier tipo de peligro.
No me cabe duda de que el guion firmado por el propio Sommers es esencial para que Brendan pueda lucirse en un papel que casi parece escrito para él, pero eso luego hay que saber exprimirlo, mostrando diversas facetas según lo requiera la escena y sirviendo como ancla del peculiar tono desenfadado que tiene la película. Eso Fraser lo logra de maravilla, bien respaldado, eso sí, por sus compañeros de reparto.
A estas alturas de la película todos conocemos de sobra de lo que es capaz Rachel Weisz, pero por aquel entonces era una actriz que había fracasado en su único intento de dar el salto a la primera división con ‘Reacción en cadena’ (‘Chain Reaction’). Tan solo una escena, con ella en la biblioteca sembrando el caos de forma inintencionada, basta para que nos conquiste con esa mezcla de ingenuidad y determinación en la que lo segundo irá ganando peso según avance su metraje.
A su alrededor ponemos a John Hannah como impagable alivio cómico que además sirve para matizar los posibles rasgos negativos del protagonista, algunos secundarios convincentes sin que lleguen a arrebatar nunca el protagonista a nuestro trío de aventureros y lo único que nos faltaba era un villano de categoría. Sin él todo podría haberse quedado en un buen pasatiempo en el que nunca llegamos a sentir un peligro real.
Arnold Vosloo fue el encargado de llenar ese vacío, potenciando así la conexión con la saga que se reseteaba una vez más e introduciendo un elemento terrorífico que le sienta de lujo a la película. De hecho, hay hasta algún detalle macabro que hoy en día cualquier blockbuster rehuiría por la posibilidad de perder un puñado de espectadores o de recibir una calificación por edades que limitase su recorrido comercial.
Vosloo ya era un rostro que sonaba al público -fue uno de los que intentaban acabar con Jean-Claude Van Damme en ‘Blanco humano‘ (‘Human Target’)-, pero no estábamos preparados para su impresionante recreación de Imhotep. Sommers apenas necesita un brillante prólogo -en general, los primeros minutos están dedicados todos ellos a presentarnos a los personajes, pero sin que ello suponga que la historia se quede estancada- para que imponga respeto y eso no dejará de ir a más.
Simplemente todo encaja en ‘La momia’
Dejemos los personajes por un momento y pensemos en el tono de la película. Para ello voy a destacar una escena: O´Connell está a punto de ser ejecutado y Evelyn (Weisz) intenta convencer a su ejecutor para no hacerlo. No entraré en detalles -aunque si no has visto la película no habrá sido por falta de oportunidades-, es una secuencia antológica, ya que realmente pone en peligro a nuestro héroe sin prescindir en ningún momento de ese sentido del humor que sobrevuela en todo momento.
Esa fuerte presencia de la comedia también ayuda a definir a los personajes y sus motivaciones, desde la inevitable subtrama romántica entre Evelyn y O’Connell hasta la rivalidad con el otro equipo de exploradores. De hecho, estos últimos son la clave para hacer la transición de aventura ligera, mostrando una versión un tanto idealizada de Egipto y sus mitos, a algo más serio y a ratos terrorífico.
Hasta ahí es cuando la película recuerda más a las andanzas de Indy, viviendo aventuras exóticas, pero dando también su justita importancia a la carga histórica y la arqueología para que la conexión sea tanto en estilo como en tema. Sin embargo, la franquicia ‘La momia’ tenía un pasado con unas raíces fuertes en el cine de terror y con un romance imposible, bien presentado en el ya mencionado prólogo, como punta de lanza.
La reaparición de Imhotep lleva la película a otro nivel. Poco a poco -pensemos en esos simpáticos y letales escarabajos- ya se había ido incrementando la sensación de peligro, pero la imponente presencia de Vosloo y los magníficos efectos visuales -su utilizó la captura por movimiento para darle a todo un toque más realista y vaya si lo consiguieron- la que hacen que nos lo tomemos todo más en serio.
Sommers había demostrado un manejo impecable del ritmo hasta entonces y había dado con el tono necesario para que todo brillase, pero ahí tenía la prueba de fuego para convertir a ‘La momia’ en algo más que un buen entretenimiento. ¿El resultado? Fantástico, rodando unas escenas de acción impecables sin caer en saturaciones innecesarias, y respetando además en todo momento esa fuerte carga cómica -pensemos por ejemplo en el rol de Hannah durante el combate final-.
Simplemente todo encaja en su lugar, con Fraser liderando un gran reparto y asumiendo sin complejos su rol de moderno Indiana Jones hasta un villano que realmente tienes que tomarte en serio. Además, en el enfrentamiento entre ambos se respeta la mitología que se había ido cimentando hasta entonces y la aventura se cierra dejando un gran sabor de boca.
Cierto que no llega al nivel de las tres primeras aventuras de Indiana Jones -la cuarta mejor la dejamos de lado, y eso que como pasatiempo tampoco es, ni de lejos, tan despreciable como se ha dicho, pero la cosa cambia valorándola dentro de la saga-, pero sí es la película que más cerca se ha quedado de conseguirlo, renovando de paso una franquicia de la que ya muy pocos se acordaban.
Da gusto reencontrarse con esta ‘La momia’, disponible para ver en Netflix, en Movistar+ o SkyShowtime. Ojalá el reboot de 2017 liderado por Tom Cruise hubiera tenido un sentido del entretenimiento tan logrado…
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La noticia
Es la mejor heredera que jamás ha tenido ‘Indiana Jones’ y está en Netflix: nadie ha estado tan cerca de igualar a Harrison Ford como Brendan Fraser en esta fantástica película de aventuras
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por
Mikel Zorrilla
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