El día después del batacazo que supuso la derrota ante Japón (0-4) en el último partido de la fase de grupos del Mundial, España se propuso pasar página y centrarse en lo importante: el partido de octavos de final de este sábado ante Suiza en el Eden Park de Auckland. La incontestable e insospechada derrota ante las niponas, primeras de grupo, dejó muchas dudas y aspectos que pulir en todas las facetas del juego: defensivas, ofensivas y de creación. Pero en el seno de la selección, burlado el peligroso choque ante Estados Unidos, creen que el combinado helvético es, a priori, una muy buena ocasión para borrar el pasado y empezar de cero. “Es una nueva oportunidad de ser la España que queremos ser”, afirmaba ayer la centrocampista colchonera Irene Guerrero.