Pero eso es el pasado y en el futuro más inmediato tenemos importantes citas en el plano empresarial y macroeconómico que pueden dar un vuelco al mercado, que sigue tratando de calibrar cuándo comenzará la Reserva Federal (Fed) a bajar los tipos de interés.
EL IPC DE ENERO, EN EL FOCO
En este sentido, no hay que esperar mucho para el gran evento de la semana: la lectura del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de Estados Unidos en enero. El consenso pronostica que la tasa general de inflación se moderará sustancialmente hasta el 3%-2,9% desde el 3,4% anterior, mientras que ven un descenso más moderado de una o dos décimas porcentuales en el caso de la inflación subyacente, que habría cerrado enero en el 3,8% o 3,7%.
Según Juan José Fernández-Figares, director de análisis de Link Securities, “para que los bancos centrales comiencen a plantearse siquiera el iniciar el proceso de bajada de sus tasas de interés oficiales, es perentorio que la inflación cumpla y siga dirigiéndose al objetivo marcado por estos organismos, que es del 2%“. “Es por ello por lo que repuntes de esta variable, por muy puntuales que sean, no serán bien recibidos ni por los mercados de renta variable ni por los de renta fija”, añade.
Una buena lectura de inflación podría dar más argumentos a la Fed para comenzar un proceso de flexibilización de la política monetaria que parece más lejos de lo inicialmente previsto a finales del año pasado. Y es que, en los últimos días, han sido muchos los miembros del banco central estadounidense que han templado las expectativas del mercado, empezando por el presidente Jerome Powell, quien subrayó que la Fed necesita más certezas de que la inflación se dirige hacia el objetivo del 2% para ejecutar el pivote.
“Con una economía así de fuerte, sentimos que podemos abordar la cuestión de cuándo comenzar a reducir las tasas de interés con cuidado. Solo queremos ver más pruebas de que la inflación está bajando de manera sostenible al 2%”, apuntó Powell en una reciente entrevista en la ‘CBS’, al tiempo que reconocía que el trabajo aún “no está hecho”, aunque la confianza del FOMC “está aumentando” poco a poco.
Según la herramienta FedWatch de CME, hay más de un 80% de probabilidad de que la Fed realice una nueva pausa en la reunión de marzo; hace solo un mes, este porcentaje no llegaba al 20%. De cara al cónclave de mayo, la probabilidad de que se realice un recorte de 25 puntos básicos ha caído hasta el 52% respecto a hace una semana, al tiempo que se mantiene cerca del 40% la probabilidad de que se vuelvan a pausar los tipos de interés en la tercera reunión del año.
“En un entorno de mercado cada vez más complejo, la interacción entre inflación, crecimiento económico y decisiones de política monetaria seguirá siendo un tema central. Una vez rebasados los 5.000 puntos, muchos inversores pueden sentirse atraídos por los cantos de sirenas y el exceso de euforia, terreno ideal para preguntarnos aquello de ¿qué puede salir mal?“, señala Javier Molina, analista sénior de mercados de eToro.
Otros datos relevantes esta semana son el índice Redbook que se conocerá el martes. El jueves se publicarán las ventas minoristas, los datos de paro semanales y la encuesta del sector manufacturero de la Fed de Filadelfia. Finalmente, el viernes se conocerán las lecturas del índice de precios de producción y el sentimiento del consumidor de la Universidad de Michigan.
RESULTADOS
Seguimos en temporada de resultados empresariales, con todo lo que ello conlleva. Y es que la semana presenta una agenda intensa en el plano empresarial, con más de medio centenar de compañías del S&P 500 dando a conocer sus cifras en los próximos días.
Algunos de los nombres más destacados que se confesarán ante los mercados son Coca-Cola, Shopify, Cisco, Coinbase, Applied Materials o Airbnb. En Europa también se conocerán cifras relevantes como las de Heineken, Airbus o Stellantis.
“Cabe señalar que la temporada de publicación de resultados trimestrales, que empezó bastante floja, ha ido a más a medida que avanzaba, especialmente en Wall Street, donde el 80% de las compañías que han publicado han sido capaces de superar lo esperado por los analistas y donde el crecimiento interanual del beneficio neto de estas compañías está sorprendiendo claramente al alza, lo que está ejerciendo como el principal catalizador de las alzas en estas bolsa”, destaca Fernández-Figares.
ANÁLISIS TÉCNICO
Por técnico, Javier Molina señala que la referencia de “muy corto plazo” para el S&P 500 se sitúa en los recientemente conquistados 5.000 puntos. En este sentido, afirma que, siempre que el índice sea capaz de mantener los 4.900 puntos, el sesgo seguirá siendo alcista.
“Ojo al exceso de euforia pues, cuando un nivel psicológico como el de los 5.000 es magnificado por los medios, se genera una ola de optimismo que es aprovechada por las manos fuertes para soltar papel. No sabemos si será el caso, con lo que nos toca reaccionar a los precios y tener muy claros los niveles de salida por si éstos llegan”, sentencia.
EMPRESAS Y OTROS MERCADOS
En el plano empresarial, Nvidia ha superado brevemente a Amazon en capitalización de mercado este lunes en medio de la euforia en torno a la inteligencia artificial (IA) que ha llevado al fabricante de chips a convertirse en la cuarta empresa estadounidense más valiosa.
Además, los títulos de Diamondback Energy se han disparado un 9,38% tras cerrar un acuerdo para la adquisición y fusión de su rival, Endeavour Energy Resources, en una transacción en efectivo y acciones valorada en unos 26.000 millones de dólares, que dará lugar a una empresa de petróleo y gas independiente de primer nivel en la Cuenca Pérmica.
El euro se ha depreciado frente al dólar (-0,10%, $1,0772). El petróleo ha cotizado mixto, con el crudo Brent retrocediendo hasta 82 dólares, mientras que el barril West Texas ha avanzado hasta 77,01 dólares.
La onza de oro ha perdido un 0,22% ($2.034), mientras que la plata ha subido un 0,73% ($22,76).
Las criptomonedas han seguido con su repunte, el cual ha permitido que el bitcoin conquiste los 50.000 dólares por primera vez desde diciembre de 2021.
La rentabilidad del bono estadounidense a 10 años ha retrocedido hasta el 4,172%.