Asimismo, los ingresos se han situado por encima de lo esperado por el mercado. Las ventas de Coca-Cola aumentaron un 6% en los últimos 12 meses, alcanzando los 45.754 millones de dólares frente a los 43.004 millones conseguidos un año atrás. En el trimestre, los ingresos crecieron un 7% hasta situarse en los 10.849 millones de dólares. El consenso esperaba que las ventas rondaran los 10.600 millones entre octubre y diciembre.
El margen de explotación comparable también aumentó en el trimestre. En los últimos tres meses, esta métrica sumó 4 décimas porcentuales y finalizó diciembre en el 23,1%. De igual modo, esta métrica aumentó hasta el 29,1% desde el 28,7% anterior en el conjunto de 2023. Según ha explicado la compañía, la expansión del margen operativo comparable se debió principalmente al “fuerte” crecimiento de los ingresos brutos, el cual fue parcialmente compensado por un aumento de las inversiones en márketing frente al año anterior, así como por los efectos negativos de las divisas.
Asimismo, Coca-Cola ha explicado que pudo hacer frente a los menores volúmenes de ventas gracias a los aumentos de precios. De hecho, la compañía señala que, pese al crecimiento del volumen del 2% en el trimestre y en el año, los mercados desarrollados se mostraron “planos” en los últimos tres meses, debido a los menores volúmenes de ventas en Chile y, sobre todo, en Estados Unidos.
En cuanto a los precios, estos aumentaron un 9% en el trimestre y un 10% en el conjunto del año, impulsados principalmente por las acciones de fijación de precios en el mercado, incluido el impacto continuado de los mercados hiperinflacionistas y una mezcla favorable. En Norteamérica, Coca-Cola subió los precios un 8% en el trimestre; en Europa, un 24%; en América Latina, un 14%; y en Asia-Pacífico- un 10%.
El negocio embotellador de la compañía redujo su volumen de ventas un 1% en el trimestre, ya que el crecimiento en India y Filipinas se vio más que compensado por el impacto de la recontratación de las embotelladoras. Además, la firma aumentó un 7% los precios en este mismo período.
“A lo largo del año, nuestro personal y nuestros socios han estado a la altura de los nuevos retos, lo que nos ha permitido sobresalir en todo el mundo y actuar en un mundo dinámico”, ha destacado James Quincey, presidente y consejero delegado de The Coca-Cola Company.
PREVISIONES
De cara a 2024, la compañía espera espera obtener un crecimiento orgánico de los ingresos de entre el 6% y el 7%. En cuanto a los ingresos netos comparables, la empresa prevé un efecto negativo de las divisas de entre el 2% y el 3%, sobre la base de los tipos actuales e incluyendo el impacto de las posiciones cubiertas, además de un efecto negativo de entre el 4% y el 5% derivado de las adquisiciones, desinversiones y cambios estructurales. Además, cifra su tipo impositivo efectivo subyacente en el 19,2%.
Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, la empresa espera obtener un crecimiento del beneficio por acción comparable de entre el 4% y el 5%, frente a los 2,69 dólares conseguidos en 2023. “Se espera que el crecimiento porcentual del BPA comparable incluya un viento en contra de divisas del 4% al 5% basado en los tipos actuales e incluyendo el impacto de las posiciones cubiertas, además de un viento en contra aproximado del 2% procedente de adquisiciones, desinversiones y cambios estructurales”, apuntan.
Además, la empresa espera generar un flujo de caja libre de aproximadamente 9.200 millones de dólares a través de un flujo de caja de operaciones de aproximadamente 11.400 millones de dólares, menos unos gastos de capital de aproximadamente 2.200 millones de dólares. Esto, añaden, no incluye los posibles pagos relacionados con los litigios fiscales en curso con el IRS.
Respecto al primer trimestre de 2024, Coca-Cola espera que los ingresos netos comparables incluyan un efecto negativo de las divisas de aproximadamente el 4% basado en los tipos actuales, además de un efecto negativo de aproximadamente el 2% derivado de adquisiciones, desinversiones y cambios estructurales.
Por otro lado, se espera que el crecimiento porcentual del BPA comparable incluya un efecto negativo de las divisas de aproximadamente el 8% basado en los tipos actuales, además de un efecto negativo de aproximadamente el 1% derivado de adquisiciones, desinversiones y cambios estructurales.
VALORACIONES
Dan Coatsworth, analista de inversiones de AJ Bell, cree que Coca-Cola venció en su mano a mano particular frente a Pepsi… pero tampoco ha salido particularmente bien parado. “Ambos resultados apuntan a un factor preocupante: la caída de los volúmenes de ventas en un mercado clave”, apunta.
“Coca-Cola obtuvo unos beneficios en línea con las previsiones y superó ligeramente las ventas. PepsiCo superó las previsiones de beneficios, pero no las de ingresos. PepsiCo sufrió un descenso del 6% en el volumen de ventas en la región de Norteamérica, tanto en el sector de las bebidas como en el de Quaker Foods, y un descenso del 2% en su división Frito-Lay, mientras que Coca-Cola no salió tan mal parada con un descenso del 1% en el volumen de ventas en la misma región”, explica este experto.
Según Coatsworth, ambas empresas “han estado tentando a la suerte” con las subidas de precios en territorio estadounidense y parece que los consumidores “están llegando a un punto de inflexión” en el que “dan la espalda” a algunas marcas o las compran con menos frecuencia. “En Estados Unidos, los consumidores han pasado de disponer de mucho dinero en efectivo, gracias a los estímulos de la pandemia, a haber agotado ese dinero y depender más del crédito. Naturalmente, eso significa que la gente piensa más en cómo gasta el dinero antes de abrir la cartera”, recuerda.
El reto al que se enfrentan ahora Coca-Cola y PepsiCo es, por tanto, frenar la caída del volumen y estabilizar la situación. “La economía estadounidense ha demostrado su capacidad de resistencia gracias al fuerte nivel de gasto de los consumidores. Este impulso se está desvaneciendo, por lo que las dos empresas de bebidas tendrán que recurrir a un marketing más inteligente para convencer a los consumidores de que siguen necesitando comprar sus productos con la misma frecuencia que antes, o algo tendrá que ceder en materia de precios”, argumenta Coatsworth.
“Las acciones de ambas empresas tienen más dificultades para seguir adelante, que es la forma que tiene el mercado de decir que le preocupa el futuro crecimiento de los beneficios en el actual clima económico”, concluye.