Esto se traduce en un beneficio por acción (BPA) de 1,13 dólares frente a los 1,11 dólares por título del año pasado. El BPA ajustado ha sido de 1,20 dólares, lo que le permite mejorar las previsiones del mercado de 1,08 dólares.
Sin embargo, las malas noticias de la compañía han venido de parte de los ingresos, al informar de 8.847 millones de dólares, un descenso del 6,55% desde los 9.467 millones de los tres primeros meses de 2023, y por debajo de los 8.960 millones estimados.
Las ventas comparables, una métrica que incluye las ventas en línea y en tiendas abiertas al menos 14 meses, han caído un 6,1%, ya que los clientes compraron menos electrodomésticos, cines en casa, dispositivos de juegos y teléfonos móviles, que se han visto parcialmente compensados por el crecimiento en sus categorías de servicios y computadoras portátiles.
Corie Barry, consejera delegada de Best Buy ha afirmado que continúa “administrando nuestra rentabilidad mientras que al mismo tiempo se prepara para el crecimiento futuro“. Sin embargo, ha reconocido “un entorno de ventas desafiante” para la categoría de electrónica de consumo y ventas más débiles de lo esperado.
La firma con sede en Minneapolis ha reiterado su ‘guidance’ para el conjunto del año, por lo que espera que los ingresos oscilen entre 41.300 y 42.600 millones de dólares. Además, prevé que las ventas comparables se sitúen entre una caída estable y del 3%.
Best Buy también ha ajustado su pronóstico de gastos de capital para 2024 a una estimación de 750 millones de dólares, por debajo de los 800 millones de dólares.
La empresa ha incurrido en cargos de reestructuración por 15 millones de dólares en el primer trimestre del año fiscal 25, principalmente relacionados con el despido de empleados que comenzó en el cuarto trimestre del año fiscal 24.
Asimismo, ha anunciado el pago de un dividendo en efectivo trimestral regular de 0,94 dólares por acción ordinaria, que se abonará el 11 de julio de 2024 a los accionistas registrados al cierre de operaciones el 20 de junio de 2024.