“Si todo resulta según lo previsto, creo que un recorte de tipos sería apropiado para finales de año“, ha señalado durante la Conferencia Anual Monetaria y Comercial que se celebra en la Filadelfia, una cita en la que ha asegurado también que “cualquier previsión sigue siendo sólo eso: una previsión”.
De esta manera, Harker ha subrayado el compromiso del organismo de “seguir dependiendo de los datos“, con el objetivo de garantizar “que la inflación vuelva a alcanzar su objetivo de manera sostenible”.
“De hecho, veo dos recortes, o ninguno, para este año como bastante posible si los datos cambian de una forma u otra. Así que, una vez más, seguiremos dependiendo de los datos”, ha manifestado.
En este sentido, ha valorado positivamente la lectura del IPC de mayo en EEUU, que ha mejorado las previsiones y ha insuflado confianza al banco central tras un primer trimestre decepcionante en materia de precios.
“Y si bien sigo muy atento a los riesgos inflacionarios, los últimos datos sobre inflación han sido bastante prometedores en cuanto a que se han reanudado los avances en materia de desinflación. Pero prometedor no alcanza la confianza que quiero tener, antes de recortar las tasas, en que la inflación está en una trayectoria sostenible de regreso a su objetivo“, ha detallado.
Para conseguir que la inflación se dirija de manera sostenida al objetivo del banco central del 2%, considera clave el papel que pueda jugar la política monetaria.
“Creo que la actual tasa de interés oficial, que se ha mantenido estable durante casi 11 meses, seguirá siendo útil por un poco más de tiempo, manteniéndonos en territorio restrictivo para llevar la inflación nuevamente al objetivo y mitigar los riesgos al alza”, ha agregado.