Los rodajes unen mucho. No en vano se dice aquello de que son una gran familia, y más cuando tienes una serie de televisión tan longeva como es ‘Aquí no hay quién viva’, con roles y una relación tan íntima y tan divertida como la de Emilio (Fernando Tejero) y Belén (Malena Alterio).
En el libro ‘Aquí no hay quién viva Detrás de las cámaras: la delirante historia de nuestra comunidad’ de Javier P. Martín hay un capítulo dedicado a cómo la serie cambió la vida de los actores. De intérpretes venidos de escuelas de interpretación a dar las campanadas como algunas de las personalidades más famosas del país en cuestión de unos pocos meses.
Pero durante la primera temporaba aún se estaban fraguando estos personajes y tramas icónicas. No hay comunidad de vecinos sin parejas, y una que descubrieron ya con la serie en marcha fue la de Emilio y Belén. De primeras admiten que liarles fue cuestión de probar “a ver qué pasaba” y cómo lo recibía la audiencia, pero en última instancia les funcionó.
“Para nosotros la historia de Emilio y Belén nació con la idea de coger la tensión sexual de toda la vida y romperla“, decía David Abajo, uno de los guionistas de la serie. La intención aquí era revertir el cliché, hacer que se empezaran acostando y luego rascar si ahí había amor. Resultó ser muy fácil encontrar aquello con los actores, ya que ambos tenían mucha química.
Tejero y Alterio se habían conocido tiempo atrás estudiando en la escuela de interpretación Cristina Rota de Madrid, y desde entonces se habían hecho muy amigos. “No sabías qué daba pie a qué, si el guion a la relación de ellos o al revés. Era una cosa que iba rodada sola.”, decía Laura Caballero, co-creadora de la serie. Lo cierto es que la relación en pantalla llevó también a un mayor apego personal, hasta el punto de que se llegaron a sentir celos reales. Especialmente por parte de Tejero.
Fernando Tejero: “A mí me daba mucha rabia y le tenía celos a cualquier actor que viniese a hacer de pareja de Malena. Por ejemplo yo recuerdo al pobre desaparecido Álex Angulo, que fue una de las parejas de Malena, y me sentó fatal aquello. Preguntaba a los guionistas todo el rato: ‘Pero ¿cuándo se va a acabar esto?'”
Malena Alterio: “Él tenía celos. Cuando me liaba con Paco el del videoclub, ahí se enceló. Incluso te diré que yo por ese momento estrené Una palabra tuya de Ángeles González-Sinde, y mi personaje se enrollaba con Antonio de la Torre, y Fernando salió de la película diciéndome: ‘Bien, pero es que no sé, me ha dado cosa verte ahí’. Éramos como novios sin serlo. Fuimos pareja y ahora somos muy, muy amigos; es mi primo de Córdoba.”
Se trataba de una relación tan icónica que otros en la industria querían aprovecharla. Tejero y Alterio han vuelto ha aparecer juntos en otras producciones, como ‘Al final del camino’ o ‘Cinco metros cuadrados’, largometraje sobre la burbuja inmobiliaria donde hacían de pareja. Su último reencuentro ha sido en persona, en un emotivo abrazo tras llevarse el Goya Alterio por ‘Que nadie duerma’.
Imagen: Fernando Tejero (Instagram)
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“Éramos como novios sin serlo”: la química entre Emilio y Belén en ‘Aquí no hay quien viva’ era tal que Fernando Tejero llegó a sentir celos reales
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por
Miguel Solo
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