Pasan los años y, aunque hayamos vivido nuestra propia distopía particular, el apocalipsis sigue teniendo un atractivo innegable. No importa cuántas veces hayamos visto la civilización al borde del colapso —o sumergida directamente en él— ni al ser humano mostrando su peor cara mientras lucha por su supervivencia; el cine de catástrofes y sus derivados mantiene intacta su capacidad para hacernos disfrutar de un modo malsano.
Décadas de producciones de este corte han propiciado fórmulas de lo más creativas para erradicar nuestra existencia de la faz de la Tierra, siendo una de las más interesantes de los últimos años la que planteó ‘A ciegas’; el gran éxito de Netflix que, de la mano de Sandra Bullock, nos sumergió en un mundo habitado por presencias sobrenaturales que incitaban al suicidio con un simple contacto visual. Por desgracia, esta premisa se reflejó en pantalla de una forma mucho más anodina de la preferible.
Cinco años después, los hermanos Pastor han logrado superar con creces al original con ‘Bird Box Barcelona’; una suerte de spin-off ambientado en la Ciudad Condal que, tomando como base las reglas planteadas en 2018 —extraídas a su vez de la novela de Josh Malerman—, potencia la fórmula para brindar 110 minutos mucho más intensos, retorcidos y espectaculares, y expandiendo con acierto un universo con muchas historias que albergar.
Mejorando lo presente
No cabe duda de que los hermanos Pastor son expertos en escenarios apocalípticos. En 2009 debutaron haciendo gala de su talento incipiente con la pandémica ‘Infectados (Carriers)’ y en 2013 ya destruyeron la geografía barcelonesa junto a Quim Gutiérrez y José Coronado en la estimable ‘Los últimos días’; dos títulos que les han dado la suficiente experiencia en la materia como para dar forma a un relato mucho más refinado en todos sus aspectos, comenzando por una factura técnica más que notable.
Como suele ocurrir con las primeras impresiones, ‘Bird Box Barcelona’ llega, en primer lugar, a través de los ojos, y pocas mejores cartas de presentación se me ocurren para una película de este corte que la sobrecogedora colección de postales de la ciudad catalana arrasada. Un compendio de instantáneas moldeadas con una combinación fantástica de efectos visuales y diseño de producción práctico que ayuda a dar empaque y peso al conjunto.
Por supuesto, la labor de Álex y David Pastor tras la cámara aliados una vez más con el director de fotografía Daniel Aranyo vuelve a extraer oro de su buen hacer en el apartado técnico y de planificación. Las setpieces, la gestión de interiores exteriores, el trabajo de cámara —ojo al uso de la cámara al hombro—… el dúo ha mostrado su mejor rostro, aunando espectacularidad e intimidad con un equilibrio envidiable.
Pero el largometraje es mucho más que un gran envoltorio hueco, articulando una narrativa a la altura de las circunstancias que, eso sí, no puede evitar recorrer algún que otro lugar común. Por suerte, ‘Bird Box Barcelona’ encuentra su mejor revulsivo en un primer acto que clausura con un giro de transición al segundo acto tan impactante como arriesgado, que redimensiona las expectativas sobre el filme y que aporta un atractivo instantáneo al relato.
Esto último está enriquecido por un surtido de personajes de lo más variopinto y rico en matices que, en parte —solo en parte—, se alinean con los arquetipos propios de productos homólogos, y que están interpretados por un reparto internacional entregado cien por cien a la causa. Mención especial para el dúo compuesto por un Mario Casas que continúa demostrando sus capacidades interpretativas y por una Georgina Campbell que se reivindica como scream queen en toda regla tras ‘Barbarian’.
Sin inventar, ni mucho menos, la rueda, ‘Bird Box Barcelona’ se las apaña para moldear un par de horas que aúnan terror, drama y acción, que quedan triste e injustamente relegadas a la pequeña pantalla, y que demuestran que el cine fantástico made in Spain continúa estando en plena forma.
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La noticia
‘Bird Box Barcelona’: los hermanos Pastor tiran de experiencia apocalíptica (y de Mario Casas) para mejorar con creces uno de los grandes éxitos de Netflix
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por
Víctor López G.
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