Cuando esta firma elaboró sus proyecciones para el año 2024, su perspectiva más positiva anticipaba alcanzar nuevos máximos históricos en los mercados de acciones a nivel mundial, sin que esto resultara en una disminución significativa de la tasa de interés de la deuda pública.
Sorprendentemente, esto ya ha ocurrido antes de lo previsto, impulsado por varios motivos, como el robusto crecimiento económico, la solidez del mercado laboral y el actual proceso de desinflación.
Y aunque su escenario principal sigue considerando un aterrizaje suave para las economías estadounidense y global, la confianza en esta perspectiva optimista ha permeado en los mercados durante más de tres meses sin apenas interrupciones. Así, la convergencia de diversos factores técnicos y fundamentales les lleva a cuestionar la sostenibilidad de esta narrativa desde una perspectiva táctica.
EL RATIO RIESGO-RECOMPENSA
“Desde principios de junio del año pasado manteníamos una posición de sobreponderación en la renta variable global, pero ahora nuestra posición es más neutral“, explica Jaime Raga, senior CRM de UBS AM Iberia.
“Esto se debe a que el escenario económico que contempla nuestro modelo es el mismo que el que maneja el consenso, por lo que la propuesta de riesgo-recompensa para la renta variable ya no es tan atractiva como antes”, añade.
Creemos que en los próximos meses la visión del consenso sobre el posible aterrizaje suave podría verse sometida a cierta presión y eso ofrecería oportunidades para volver a participar en la debilidad de los mercados de renta variable“, explica Raga.
DUDAS SOBRE EL ATERRIZAJE SUAVE
Sobre las futuras dudas del mercado en relación a un aterrizaje económico suave, este gestor explica que UBS AM anticipa un aumento temporal de la inflación en los próximos meses, antes de volver a una tendencia hacia la baja.
Esta ligera alza en la presión de los precios podría complicar los esfuerzos de la Reserva Federal para ganar confianza en una inflación sostenida hacia su objetivo. Y aunque esperan recortes de tasas en el año, cualquier demora por parte de la Fed podría generar inestabilidad en los mercados, ya que los inversores podrían comenzar a cuestionar la idea de un aterrizaje suave, explica.
Al mismo tiempo, su indicador de revisiones de beneficios se ha vuelto más neutral, a pesar de un fuerte crecimiento económico en Estados Unidos. Porque el reciente aumento del dólar podría afectar los beneficios de las empresas multinacionales estadounidenses. Además, la falta de disminución en la volatilidad de los bonos, desde el inicio del ciclo de endurecimiento de la Fed, podría afectar las valoraciones, que ya están bastante altas.
DIFICULTADES TÉCNICAS
En cuanto al aspecto técnico del mercado, UBS AM considera que las bolsas podrían estar enfrentándose a algunos desafíos. Aunque los índices bursátiles principales han alcanzado niveles récord, la salud general del mercado se ha debilitado. Porque hay una marcada disminución en la proporción de empresas en el S&P 500 que están cotizando por encima de sus medias móviles de 50 días.
Con el S&P 500 en niveles de 5.000 puntos, la gestora anticipa que podría surgir una “fatiga por números redondos”. Porque, en el pasado, el S&P 500 ha experimentado períodos de estancamiento o debilidad después de superar hitos de 1.000 puntos. Y aunque en 2021 la tendencia no siguió este patrón al superar los 4.000 puntos, Raga cree que el contexto actual de beneficios empresariales no es tan sólido como lo fue en ese año excepcional, donde las estimaciones de beneficios fueron revisadas al alza de manera persistente y en un grado inusualmente alto.
Por otra parte, algunas señales de posicionamiento, como la encuesta de inversores AAII y el posicionamiento de futuros de gestores de activos CFTC, indican un optimismo excesivo. Además, la correlación implícita entre las principales acciones del S&P 500 está en niveles extremadamente bajos en comparación con la historia.
Esto significa que los inversores en acciones no están preparados para cambios macroeconómicos que podrían hacer que las acciones bajen en conjunto.
POSICIONAMIENTO TÁCTICO
“Mantenemos una visión optimista de la economía y la renta variable global a medio plazo. Pero tácticamente, creemos que ha llegado el momento de hacer una pausa en lo que ha sido un repunte históricamente fuerte de la renta variable”, señala Jaime Raga.
“La rentabilidad del 15,8% durante los tres meses que finalizaron en enero se sitúa en el percentil 97 del índice MSCI World a lo largo de su historia. En los últimos 30 años, los únicos periodos de mayor rentabilidad se produjeron durante la burbuja de las puntocom, el final de los mercados bajistas inducidos por la recesión y el exitoso avance de las vacunas que permitió el inicio de la vuelta a la normalidad tras la pandemia del COVID-19″, añade este gestor.
No obstante, indica que “una visión neutral de la renta variable no es una opción abiertamente bajista, y hay algunos activos de riesgo por los que seguimos apostando“.
“En particular”, explica, “seguimos favoreciendo la renta variable japonesa, que está muy apalancada en el entorno de crecimiento nominal mejorado tras la pandemia, tiene un gobierno corporativo más favorable a los accionistas y una política monetaria acomodaticia, incluso cuando el Banco de Japón se embarca en un lento ciclo de endurecimiento”.
Esta posición se respalda “en contra de la renta variable suiza, donde nuestros indicadores apuntan a una significativa debilidad de los beneficios en relación con otras regiones”.